Las patronales del sector demandan al Gobierno que las líneas del ICO no sean sólo para las pymes y que el Estado actúe de garante de estos créditos frente a los bancos.
El plan de Zapatero contra la crisis es “insuficiente” para el sector, que no está consiguiendo acceder ni a las líneas de crédito bancarias ni a los préstamos del ICO para hacer frente al binomio de falta de liquidez e impagados. El sector demanda que las líneas del ICO se amplíen a todas las empresas y que el Estado avale estas operaciones ante los bancos
El plan elaborado por el Gobierno de Zapatero para hacer frente a la crisis, que compromete recursos por valor de 250.000 millones para la adquisición de activos financieros de los bancos y de 10.000 millones para la financiación de circulante de las pymes hasta 2009, es “insuficiente” y de “escasa relevancia” para el sector del transporte y la logística, según las diferentes patronales y empresas consultadas por TRANSPORTE XXI. Los más críticos aseguran que las medidas de estímulo para la economía “no sirven para nada, son si acaso paños calientes que alivian muy superficialmente” los efectos de la crisis.
Todos argumentan que el plan de Zapatero no soluciona la falta de liquidez de las empresas, tanto para hacer frente al pago de proveedores como a los cada día más numerosos impagados de sus clientes, que es el principal problema al que se enfrentan, al margen del desplome de la actividad por la recesión, que alcanza el 40% en nichos como la carretera. Es decir, el dinero público inyectado a los bancos y la ampliación de recursos del ICO no llegan a las empresas.
Algunos de los empresarios consultados ponen en el disparadero a la banca porque “ha cortado el grifo al sector del transporte y la logística ya que está considera de alto riesgo”. Sin embargo, un alto ejecutivo de una entidad bancaria se pregunta “qué sector no es de alto riesgo en este momento, cuando la falta de liquidez es bestial, sobre todo para las pymes. El único que está en la diana de los bancos es el inmobiliario.
El resto de sectores está recibiendo el mismo tratamiento”. Y la receta que los bancos están aplicando a las empresas está cortada por el patrón de la prudencia y se resume en lo que sigue: la anulación de muchas de las líneas de crédito existentes; escasas renovaciones de las líneas de descuentos, pero con diferenciales más altos y exigiendo mayores garantías; conversión de estas líneas en préstamos al uso; refinanciación de las inversiones, ante la imposibilidad de mantener las amortizaciones aceleradas, y también del circulante, referenciándolo a largo plazo, lo que supone más gastos financieros; y, por último, recelo a comercializar los productos del ICO por el riesgo que dicen asumir y el escaso margen que deja para la entidad.
En resumen, el dinero se ha convertido en un bien escaso y, a pesar de la bajada del euribor (que está a 2,04%), es más caro para las empresas que en las épocas de bonanza. Las fuentes bancarias concretan cómo ha evolucionado la concesión de líneas de crédito desde la época de bonanza hasta la crisis. “Antes, si era una sociedad con un buen balance, bastaba con la garantía de la empresa, sin implicar a los accionistas, para conceder una línea de descuento. Si era una empresa que venía trabajando sin problemas, ibas descontando papel sin más controles a los librados.
Estas líneas se venían concediendo al euribor más 0,75 ó 1%, e incluso, si eran buenos clientes, al 0,50. También ocurría que una empresa tenía varías líneas de crédito, algunas descontando sólo al euribor. Es más, se anticipaban hasta facturas y presupuestos firmados por los clientes del titular de la línea. Sin embargo, con la crisis, ha habido un encarecimiento radical de las líneas de crédito. Ahora no se concede nada por debajo del euribor más 2 puntos. Y con mucho cuidado, planteando las líneas con mayores garantías o mejorando las mismas mediante la formalización de un préstamo, porque se están produciendo gran número de impagados”, explican. Los empresarios del sector abundan en este punto: “En algunas líneas te piden el euribor más 3 puntos y no a todo el mundo le ofrecen esa posibilidad.
Además, los bancos te exigen garantías hipotecarias de la empresa y de los propios accionistas, que, claro, no están dispuestos a poner encima de la mesa. Si los propios administradores no tienen clara la viabilidad de la propia compañía, pues el banco menos” . Refinanciación del circulante Las empresas también están intentando una refinanciación de su circulante para aliviar las tensiones de tesorería. “Nos están pidiendo financiación a largo plazo. Lo que es lógico porque trabajan con giros a 120 días y con la incertidumbre de si van a cobrar o no.
Ocurre que la refinanciación también se ha encarecido, llegando al euribor más 5 puntos”, añaden los medios financieros. El otro caballo de batalla de las pymes de sector es el acceso a las líneas ICO, que no tienen el respaldo de los bancos que actúan como entidades colaboradoras, lo que está dificultando la inyección de capital a los negocios. “Estos fondos son al 50% entre el banco y el ICO. Y lo tienes que sopesar como si fuera un préstamo del propio banco porque asumimos la mitad del riesgo, tenemos que buscarnos la garantía y, luego, los diferenciales para la entidad son bajos (entre 0,95% y 1,20%).
Lo cierto es que los ofrecemos, pero con la boca pequeña”, subrayan las mismas fuentes. Así, con impagados y sin financiación para la tesorería, un círculo vicioso que puede acabar en una cascada de concursos e insolvencias, las patronales y empresas del sector coinciden en que la solución pasa por tres actuaciones que no admiten más dilación: reformas profundas del mercado laboral (abaratamiento del despido) y en materia fiscal; la ampliación de las líneas ICO a todas las empresas, y no sólo para las pymes (por debajo de los 50 millones de facturación), aumentando los recursos comprometidos; y que el Estado actúe frente a los bancos como avalista de los préstamos del ICO, al margen de que pida garantías a los prestatarios. “El sector necesita garantías ante los bancos. Y es el Gobierno quien tiene que avalar esas operaciones”, concluye un empresario de transporte por carretera con unas ventas de 100 millones de euros.
Los impagados, una seria amenaza para los transportistas por carretera
El sector exige al Ejecutivo la obligación de pagar a 30 días, al margen del pacto entre las empresas, para reducir insolvencias
Los impagados empiezan a ser una seria amenaza para la tesorería de las empresas de transporte por carretera, lo que podría aumentar el número de concursados ante la imposibilidad de afrontar sus deudas. Los empresarios exigen la obligación del pago a 30 días para rebajar las necesidades de financiación y el riesgo de insolvencias
La crisis económica y financiera ha disparado la morosidad empresarial. “Los impagados son cada vez más frecuentes y están empezando a hacer estragos en las empresas de transporte por carretera”, que han iniciado una peregrinación hacia los procesos concursales ante la falta de liquidez para hacer frente a sus deudas. Así de contundentes se han mostrado los empresarios cuestionados por TRANSPORTE XXI sobre la crítica situación del sector.
La mayoría coincide al señalar que “lo peor está por llegar” y algunos, incluso, vaticinan el inminente “estallido de una crisis social”, como consecuencia del tremendo impacto que va a tener en la sociedad la masiva destrucción de empleo. Los datos del Índice Crédito y Caución de incumplimiento de pago empresarial en España (ver gráfico adjunto), son esclarecedores. Tras un largo ciclo de estabilidad de los niveles de impago en mínimos históricos, el año 2008 marcó el repunte de la morosidad, asociada al acelerado deterioro económico, con un aumento del 172 por ciento de los niveles medios de incumplimiento.
El problema, sobre todo en la carretera, radica en que “las empresas están actuando como financieras de los clientes, que están alargando los plazos de pago de 60 días a cuatro y seis meses, amparándose en la falta de liquidez”. Esta situación está provocando desajustes de tesorería en el sector, que “empieza a sentir el riesgo de los impagados como una seria amenaza”, dice el responsable de una transitaria que factura 36 millones anuales. Hay que tener en cuenta que “la mayoría de los transportistas se financia anticipando cobros con los pagarés de los cargadores”, pero esta situación ahora no es válida porque “los bancos han cerrado el grifo”, con lo que “cada vez es más preocupante la falta de liquidez”, concluye un autónomo.
Y claro, “si cobras tarde y no tienes dinero y la entidad financiera no te renueva créditos, las empresas también retrasan sus pagos”, razona un empresario de transporte por carretera con unas ventas anuales de 400 millones. De hecho, “el índice de morosidad, aunque es muy dispar en el sector, supera el 7 por ciento. Esta situación es insostenible. No hay margen que aguante”, afirma un transportista de internacional con unas ventas de 12 millones al año.
Como posible solución para solventar la falta de liquidez, transportistas apuntan “la obligatoriedad del pago a 30 días, independientemente de la voluntad de las partes”, como en Francia. De este modo, “habría menos necesidad de financiación y disminuiría el riesgo comercial”, porque “las insolvencias se pagan caras en este sector”. Se podría empezar, por las administraciones públicas, que “deben 2.000 millones al sector”, según asegura en esta misma edición el presidente de Aecaf, Fernando Rodríguez.