Aunque Johansson, presidente del grupo, perfiló un panorama excelente, sus acciones han caído más de un 30% en tres meses.
El grupo Volvo AB, que comercializa camiones con las marcas Volvo, Mack, Renault y Nissan, ha visto cómo sus entregas descendían en 2007 un 14,1%, siendo Renault Trucks la única marca que logró un leve avance del 2,4%, ya que el resto de las marcas comercializadas cayeron: Volvo un 5,1%; Mack un 49,5%; y Nissan Diesel un 27,2%.
Los resultados presentados para el ejercicio 2007 por Leif Johansson, presidente del grupo Volvo AB, parecían excelentes: un volumen de negocios que aumentaba un 25 por ciento con respecto a 2006, una facturación en Europa un 20 por ciento más alta, un avance del 72 por ciento en Europa del Este, incremento del 104 por ciento en Asia y del 56 por ciento en Sudamérica. Y sin embargo, la respuesta de los inversores fue inmediata: un descenso del 3 por ciento en la cotización de las acciones del grupo sueco, que venía a sumarse al 30 por ciento que ya habían bajado en los tres meses previos.
Y es que la situación del grupo Volvo no es ni mucho menos tan boyante como Johansson intentó hacer ver. Desde luego, el volumen de negocios del grupo creció un 20 por ciento, alcanzando 285.400 millones de coronas suecas (unos 30.634 millones de euros) y las ventas durante el cuarto trimestre aumentaron un 25 por ciento, llegando a 84.600 millones de coronas suecas, pero los beneficios del ejercicio 2007 cayeron un 8 por ciento, quedando en sólo 15.028 millones de coronas suecas. Algunos expertos coinciden en señalar que Volvo tiene un problema en el campo de los vehículos industriales.
En camiones, el propio Leif Johansson reconocía que en Estados Unidos habían pasado de la crisis originada por el adelanto de ventas de vehículos ante la entrada en vigor a principios de 2007 de una nueva norma sobre el control de emisiones a la crisis de ventas derivada de la recesión inmobiliaria. Además, poco después de hacerse con el control de la japonesa Nissan Diesel, la demanda japonesa de camiones empezó a contraerse también de manera muy sensible. Aunque Volvo anuncia que sus entregas de camiones fueron de 236.356 unidades en 2007, con un 7 por ciento de aumento con relación a 2006, la realidad es un poco distinta. Volvo sólo se anota las entregas de Nissan Diesel a partir de abril de 2007 y no incluye las correspondientes de 2006.
Sin embargo, si se contabilizan las entregas de Nissan Diesel desde el comienzo de 2007 y se comparan con 2006 haciendo otro tanto con las entregas de Nissan en este último ejercicio, la realidad es que, entre todas las marcas del grup o entregaron 249.631 camiones en 2007, un 14,1 por ciento menos que en 2006. Y, claro está, los inversores también echan esas cuentas y empiezan a prevenir lo que va a pasar a primeros de mayo, cuando los contables de Volvo no tengan otro remedio que consolidar las ventas de todas las marcas del grupo como es debido. Un elemento negativo adicional que se ha encontrado Volvo AB en Japón es que, al hacerse cargo de Nissan Diesel, el anterior propietario de ésta, Nissan Motors, ha dejado de proveerse de camiones ligeros en su antigua filial, lo que sólo en el último trimestre de 2007 ha supuesto una reducción del 32 por ciento en los pedidos llegados a Nissan Diesel.
Y eso se reflejará tarde o temprano en la facturación durante 2008, aunque se trate de disimular el efecto con el tránsito del año fiscal japonés que suele terminar el 31 de marzo, al europeo, que se ajusta normalmente al año natural en este tipo de compañías. Afortunadamente para el grupo Volvo, la demanda de camiones en Europa está siendo muy fuerte en estos últimos años y Johansson estima que en 2008 todavía crecerá de un 5 a un 10 por ciento más, lo que permitirá suavizar el desastre de Estados Unidos y Japón.
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