El fondo británico Doughty Hanson retoma la negociación para adquirir las 52 franquicias.
Geopost, filial del correo francés, ha abandonado la puja por hacerse con el control de las 52 franquicias en venta de Seur al discrepar en la valoración de las mismas. Geopost quería tomar como referencia en la operación el ebitda de 2008 y 2009. Por su parte, el fondo británico Doughty Hanson ha retomado las negociaciones de compra
Estas 52 franquicias de Seur continúan con el cartel de “se vende” después de que Geopost, filial del correo francés La Poste, haya decidido retirar su oferta de compra. Como se recordará, Geopost ejecutó el pasado 10 de septiembre el derecho de tanteo que le otorgaba su condición de accionista de Seur (19,6% del capital), tras la oferta de compra sobre las 52 franquicias que realizó el fondo británico Doughty Hanson.
El británico ofreció 500 millones por las 52 franquicias, lo que le daría el control de Seur SA, sociedad franquiciadora del grupo, con un porcentaje de entre el 52 y el 60 por ciento. Concluido el proceso de due diligence, que ha durado tres meses, Geopost puso punto y final a las negociaciones. Diferencias en la valoración La versión oficial de Geopost para echarse atrás en la compra es “la evolución de la economía española, particularmente la del sector del transporte”. Sin embargo, según confirmaron a TRANSPORTE XXI fuentes conocedores de las conversaciones, la diferencia insalvable ha estado en la valoración de las franquicias en venta.
Geopost quería cerrar la operación de compra tomando como referencia el ebitda de 2008 y 2009, más ajustado a la realidad actual del mercado de la paquetería, en clara contracción, condición que han rechazo los vendedores, que buscaban un precio en base al resultado operacional de 2006 y 2007, que fueron dos años de bonanza. A pesar de este traspiés, las 52 franquicias mantienen su mandato de venta irrevocable, según confirmó el representante de las mismas, Luis Molleda, que ha retomado las negociaciones con el fondo británico Doughty Hanson.
En todo caso, las condiciones de la posible nueva oferta del fondo británico son una verdadera incógnita, más si tenemos en cuenta que el capital riesgo lo que busca es una alta rentabilidad en un plazo corto de tiempo, que no suele superar los cinco años. Esta filosofía choca con la coyuntura que sufre el negocio de la carga fraccionada, que tampoco escapa a la crisis económica, con descensos de tráfico e ingresos en el último trimestre de 2008 y un 2009 que se presenta aún más complicado. Además, la crisis financiera puede ser otro obstáculo infranqueable para cualquier desembarco de un fondo de capital riesgo.
Hasta hace pocos meses, la financiación de este tipo de operaciones estaba apalancada en un 100 por cien. Ahora, según los expertos consultados, los bancos que participan en estas operaciones vienen exigiendo que el fondo aporte de su propio bolsillo hasta un 50 por ciento de la inversión.