La Comisión Nacional de la Competencia (CNC) ha vuelto a imponer unas señoras multas a la patronal ALTC (15,21 millones de euros) y a la asociación de autónomos Transcont (5,25 millones) por crear un cártel para fijar precios y repartirse el mercado del transporte terrestre de contenedores en el puerto de Barcelona. Ni cinco años antes, el organismo supervisor sancionó por lo mismo, por crear un cártel, a ambas organizaciones, en esta primera ocasión, con 14,94 millones de euros. Está claro que ni las investigaciones de la CNC ni las resultantes multas acaban con las mafias en los puertos.
Las multimillonarias sanciones del organismo supervisor entran en una espiral de recursos que, al final, no se sabe ni como acaban. Un ejemplo, la multa impuesta a ALTC y Transcont en abril de 2008 sigue coleando en la maraña judicial. Al final, el resultado es que el patio sigue como estaba, tanto en Barcelona como en Valencia, con expediente abierto y sin conocerse el resultado de la investigación al cierre de esta edición, y Bilbao, multada recientemente, por mucho que intervenga la CNC. Sin lugar a dudas, el camino tiene que ser otro. En esta ocasión, la resolución de la CNC también ha salpicado a la Autoridad Portuaria de Barcelona por un importe nimio en comparación a las multas a ALTC y Transcont, 100.000 euros, por participar en la organización de un observatorio de costes. La dársena ha anunciado que recurrirá. Y a todo esto, la comunidad portuaria ha respirado tranquila. La resolución exonera a las asociaciones de transitarios y consignatarios, así como al Colegio de Agentes de Aduanas de participar en el cártel.