El puerto quiere atraer un mínimo de 100.000 toneladas anuales y que el concesionario tenga muelle propio antes de ocho años.
Puertos de Las Palmas ha sacado a concurso una terminal granelerra en la Dársena de La Esfinge con el objetivo de atraer un mínimo de 100.000 toneladas anuales de cemento y otros graneles sólidos. Como instalación auxiliar se podrá otorgar una autorización temporal de las instalaciones que hoy existen en el Muelle León y Castillo
La Autoridad Portuaria de Las Palmas, que preside Luis Ibarra, ha sacado a concurso una terminal de graneles sólidos. La concesión que se pone en oferta tendrá una superficie terrestre total entre 4.000 y 8.125 metros cuadrados en los rellenos sur de la Dársena de La Esfinge para la descarga, recepción, manipulación, almacenamiento, comercialización y entrega de cemento y otros tipos de graneles sólidos destinados al sector de la construcción e industria. Las instalaciones terrestres destinadas a tráficos distintos del cemento no podrán superar el 40 por ciento de la superficie concesional.
El operador interesado deberá instalar una planta de almacenamiento y logística del granel, con tuberías subterráneas de descarga al punto de atraque, y deberá acometer un amuelle-atraque desfinitivo en el dique de la Esfinge Sur antes de un plazo de ocho años, pudiendo utilizar antes de ese periodo un atraque en el muelle de reparaciones del Dique Reina Sofia norte hasta su traslado definitivo.
El muelle estará conectado con tuberías subterráneas con la planta de recepción de los graneles sólidos. Asimismo, como instalación auxiliar, y siempre que el ofertante al concurso lo quiera solicitar, el puerto podrá otorgar la ocupación temporal por un máximo de tres años de las actuales instalaciones del Muelle León y Castillo que han venido estado dedicadas al tráfico de cemento, mientras se tramitan las obras de la concesión objeto del concurso.
En estas instalaciones se deberá mover un mínimo de 30.000 toneladas anuales. La duración de la concesión de la nueva terminal granelera será variable, con un mínimo de 20 años. Para superar este plazo hay que presentar un proyecto de obras e instalaciones superior a 1,2 millones de euros en obra y bienes reversibles al dominio público portuario una vez finalizado el plazo concesional de la terminal. El futuro operador deberá comprometer una oferta de tráfico mínimo mayor o igual a 100.000 toneladas anuales, cuyo incumplimiento durante cuatro o más años determinará la caducidad de la concesión.