El desembarco de Lukoil, a través de la concesionaria Meroil, incrementará en un 50% el tráfico de petróleo en la dársena.
Las terminales de hidrocarburos y productos químicos del muelle de la Energía de Barcelona tienen en marcha inversiones por casi 350 millones de euros para incrementar capacidad en la dársena, que cuenta con un nuevo atraque. La cuota de los tráficos de líquidos, actualmente un tercio del total, crecerá cuando culminen las ampliaciones
Las terminales de hidrocarburos y productos químicos del muelle de la Energía (antiguo Inflamables) del puerto de Barcelona tienen en marcha o previstas a corto plazo inversiones por un montante de casi 350 millones de euros para incrementar capacidad, sin incluir los 500 millones que Gas Natural destina a la terminal de ciclo combinado que está acabando de construir.
Los graneles líquidos suponen alrededor de un tercio del tráfico total de la dársena, cuota que crecerá previsiblemente los próximos años cuando culminen los proyectos. Uno de los más ambiciosos, hecho público este verano, es el desembarco de la petrolera rusa Lukoil en el mercado español a través de la alianza con Meroil, que cuenta con una concesión de 85.000 metros cuadrados en la dársena catalana y que crecerá en 40.000 más para sumar una capacidad total de almacenaje de un millón de metros cúbicos.
El objetivo de la operación, que supone una inversión de 50 millones de euros, es convertir Barcelona en hub de Lukoil, lo que incrementará en más de un 50 por ciento el tráfico anual de productos petrolíferos, según prevé el puerto. Enagás, con una inversión de 250 millones de euros, es uno de los concesionarios que más está creciendo en el muelle de la Energía durante los últimos años.
La compañía gasista construye dos nuevos tanques, el séptimo y el octavo, para almacenar 150.000 metros cúbicos de gas natural licuado (GNL) cada uno. El séptimo entra en funcionamiento antes de que acabe el año y el octavo durante el primer trimestre de 2011. Con estos dos nuevos tanques, la terminal de Enagás pasa de una capacidad total 540.000 a 840.000 metros cúbicos. Además, ha mejorado su capacidad de emisión (regasificación a la red) de los 1,65 millones de metros cúbicos a los 1,95 millones por hora. Terminales Portuarias (Tepsa) es otra de las terminales que amplía instalaciones.
Tiene en marcha una inversión de 1,5 millones de euros para incrementar la capacidad en 9.000 metros cúbicos de almacenaje de productos petrolíferos, que se suman a los 7,8 millones en ampliaciones ya ejecutadas. Además, culmina la modernización de las zonas de carga y descarga de los camiones cisterna, partida a lo que dedica 14,5 millones de euros.
Por su parte, Terquimsa, tradicionalmente especializada en productos químicos, construye otros cuatro tanques para petrolíferos de 38.500 metros cúbicos cada uno, con lo que prácticamente dobla capacidad. De acuerdo con las previsiones de la compañía, las nuevas instalaciones, en las que invierte unos 20 millones de euros, estarán finalizadas el próximo verano.
European Biofuels 012 (EBF) ha retomado el proyecto de construcción de una planta para la producción de biodiesel en la concesión que Decal tiene en el muelle de la Energía y que congeló hace un par de años. Será menos ambicioso de lo previsto: de los 26 millones de euros de inversión inicial a los 10,80 millones. Por su parte, la Autoridad Portuaria de Barcelona ha invertido unos nueve millones de euros en un nuevo atraque en el muelle de la Energía.
Descenso moderado
Por el puerto de Barcelona pasaron 11,75 millones de toneladas de graneles líquidos el pasado año, lo que supone alrededor de un tercio del total de las mercancías manipuladas en la instalación.
Del total de líquidos, los hidrocarburos representaron más del 23 por ciento (9,95 millones de toneladas ), y de ellos casi la mitad fue tráfico de gas natural (4,77 millones de toneladas). Los productos químicos sumaron 924.546 toneladas.
Este tráfico saldó el difícil 2009 con un descenso del 2,88 por ciento respecto a 2008, caída moderada teniendo en cuenta que el conjunto de tráficos de la dársena registró de media un retroceso del 17,05 por ciento.