El objetivo es reducir el número de portuarios por mano y elevar salarios con productividad.
El negocio estibador en el puerto de Valencia pasa por días de tensión. Las terminales mantienen negociaciones directas y en paralelo a través de la sociedad de estiba para lograr un pacto para la competitividad de la dársena, que pueda recoger el mensaje lanzado por el presidente de la Autoridad Portuaria, Rafael Aznar, que lleva tres años alzando la voz para que el tejido social logre articular un nuevo convenio colectivo de futuro que permita asegurar la posición de líder en el sur de Europa del enclave.
Desde las terminales valencianas se está advirtiendo al colectivo de portuarios que “la flexibilidad es vital para lograr mantener las escalas de los megabuques de MSC y Maersk, entro otros, en Valencia”. Estos medios aseguran que “además nos jugamos el futuro, que es poder recibir a corto plazo los buques de 18.000 TEUs que sólo escalarán en puertos cuyas terminales aseguren un movimiento de 320 contenedores a la hora, lo que supone operaciones simultáneas con hasta diez grúas marítimas algo impensable hoy aquí”.
Hasta el momento, la única propuesta pública emitida desde el sindicato Coordinadora ha sido agilizar los relevos en las máquinas de las terminales, mejorando la puntualidad en el cambio de turno de las manos de los trabajadores, situación que viene ocasionando retrasos, que acaba por mermar los rendimientos de cada turno en los rendimientos al final de la jornada, “lograr que se trabajen seis horas por turno es un problema histórico en Valencia”, a juicio de las estibadoras consultadas, un problema que sigue sin ser abordado año a año.
Del convenio nada se sabe o nada se quiere contar, aunque desde otras posiciones empresariales se apunta que “el diálogo será clave. En los últimos años hemos logrado elevar los salarios con productividad y hoy hay que encontrar nuevas fórmulas para mantener la competitividad del puerto de Valencia con una mejora sustancial de los rendimientos e introduciendo líneas de flexibilidad en la composición de las manos y en las operativas de buque y patio de terminal”. Estos medios matizan que “en eficiencia estamos a la altura de grandes puertos del norte de Europa que mantienen un esquema de tráficos similar al de Valencia. Hay que ajustar la mano”.
Luces y sombras
Las terminales abonaron 123 millones de euros en el año 2010 a la plantilla de la sociedad de estiba formada por 1.256 trabajadores. La media salarial bruta por trabajador es de 98.403 euros. Para 2012 se había comprometido un aumento salarial del 3,2 por ciento.
El 65,5% del gasto de escala de un buque en Valencia son costes de la estiba, un 14% son gastos de remolcadores, un 11,6% son tasas portuarias, un 6,1% son gastos de practicaje y un 2,8% el amarre.
La productividad ha crecido en los últimos años notablemente. En 2010 aumentó un 18 por ciento, aunque terminales como MSC han señalado que el aumento de su eficiencia está condicionado por la escasez de mayor espacio y la falta de automatización en el patio.