La patronal Ganvam reclama al Gobierno un plan de ayudas que incentive la renovación del parque de vehículos comerciales.
El segmento de los vehículos comerciales ligeros del mercado de ocasión, cuyas ventas cayeron un 32% hasta junio, es el que más se está resintiendo de la crisis debido a la gran cantidad de autónomos obligados a abandonar su actividad. La patronal Ganvam reclama al Gobierno un plan de ayudas que incentive la renovación del parque
Las ventas de vehículos industriales de segunda mano cayeron un 32 por ciento en el primer semestre del año, hasta situarse en 59.862 unidades, según datos de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor (Ganvam). La crisis económica y las restricciones al crédito, unidas al parón de la construcción y el transporte, se perfilan como los principales responsables de la drástica caída de las transferencia en esta primera mitad del año. Los últimos datos, hechos públicos recientemente, revelan que la coyuntura económica actual está haciendo mella muy especialmente en la venta de vehículos comerciales ligeros usados, cuyas ventas se vieron reducidas a causa de la fuerte caída de empleos entre el colectivo de autónomos.
En el primer semestre, las compras de comerciales ligeros de ocasión se redujeron un 35,1 por ciento, hasta situarse en 630 unidades, mientras que las de los vehículos industriales medios y pesados cayeron un 23,3 y un 14,9 por ciento, respectivamente, bajando a 2.784 y 4.324 unidades, también respectivamente. Asimismo, la crisis lastró la venta de furgones de segunda mano (-33,6 por ciento), contabilizándose 45.915 unidades vendidas hasta junio. Las compras de cabezas tractoras en el mercado de usados retrocedieron un 32,6 por ciento, hasta las 6.209 unidades en el primer semestre.
Con el fin de animar las ventas de usados en este segmento, Ganvam viene reivindicando desde hace meses la puesta en marcha de un plan de ayudas para la renovación del parque que favorezca la retirada de vehículos industriales de más de diez años de antigüedad a cambio de la compra de otros nuevos o seminuevos. Los vendedores han solicitado al gobierno un plan de incentivos vinculados al achatarramiento de vehículos viejos pero no a la financiación, para evitar los obstáculos con los que tropezó el Plan VIVE de turismos, en el que las operaciones se dejaban en manos de las entidades crediticias, que acabaron por conceder sólo las que les parecían más seguras o ventajosas para sus intereses.
En la actualidad, la totalidad de los vehículos industriales se adquiere mediante financiación. Todos los fabricantes de vehículos industriales reconocen que la caída de las ventas de vehículos nuevos ha perjudicado al mercado de segunda mano de tales vehículos. Y es que la acumulación de “stocks” de vehículos nuevos ha forzado a rebajar también de manera muy apreciable los precios de éstos.
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