Nadie escapa a la crisis, ni en Europa, ni en Japón, ni en Norteamérica. Ahora le toca el turno a Mitsubishi Fuso, el fabricante japonés de vehículos industriales del que el grupo alemán Daimler AG controla el 85 por ciento del capital, que ha visto como sus entregas caían un 39 por ciento en el primer cuatrimestre del año, viéndose obligado a tomar medidas radicales de reducción de costes. En efecto, Harald Bölster, responsable de la filial japonesa del grupo alemán, ha anunciado que su compañía tiene la intención de cerrar una fábrica de camiones en Tailandia y otra de autobuses en Japón, lo que se traducirá en el despido de 2.300 personas de aquí a finales del año que viene. Se trata del segundo mazazo en la reestructuración que Daimler emprendió de su actividad en el mundo de los vehículos industriales en octubre del año 2008.
Entonces, como algunos de nuestros lectores recordarán, se anunció el cierre de dos fábricas de camiones en Estados Unidos y la desaparición de la marca Sterling Trucks, con el despido de 3.500 trabajadores, medidas todas éstas que se suponía que iban a permitir a Daimler ahorrar anualmente 900 millones de dólares a partir de 2011. Ahora, Mitsubishi Fuso cerrará su fábrica de autobuses de Oye, cerca de Nagoya (Japón) desplazando su producción hasta la planta de Toyama en un proceso que se completará a medidos de 2010. Además, a finales de este año se dejará de fabricar camiones en la fábrica tailandesa de Lardkrabang, cerca de Bangkok.
Estos recortes harán desaparecer 2.300 puestos de trabajo, que representan casi el 15 por ciento de la plantilla total de la firma germano-nipona, que aporta, en términos de unidades, el 40 por ciento de las ventas de camiones de Daimler. ¿Y qué va a pasar en Europa? Pues sorprendentemente, parece que la producción de la fábrica portuguesa de Tramagal, donde se construye la gama Canter, va a ser aumentada, ya que se elevará el ritmo de fabricación de las futuras gamas de modelos ligeros que Mitsubishi presentará a no tardar mucho. Fuentes de la firma germano-nipona han reseñado que las medidas que se anuncian ahora siguen en el tiempo a otras que ya se empezaron a tomar en el cuarto trimestre de 2008, a la vista de la fuerte contracción de ventas que se estaba produciendo en todos los mercados mundiales.
Así, desde entonces, se ha conseguido reducir “stocks” en un 45 por ciento, bajándose también los gastos en un 20 por ciento durante el primer trimestre de 2009. Asimismo, se han cerrado temporalmente algunas plantas para dar salida a las existencias, recortándose pagas y gratificaciones en los distintos niveles de personal. También está previsto reducir a la mitad el número de modelos y recortar en un 30 por ciento el número de piezas diferentes para finales de 2010. Con todo ello, Mitsubishi Fuso espera ahorrar 760 millones de euros para 2011, de los que 260 millones se conseguirán por los programas de reducción de costes.