Las ventas del grupo sueco Volvo, que construye y vende camiones con las marcas Volvo, Renault, Mack, UD (antes Nissan Diesel) y Eicher, aún registran una caída del 23 por ciento en el año móvil a junio de este año, sin contar la aportación de Eicher Motors, que es comparativamente marginal. Este porcentaje, aunque negativo, es sustancialmente mejor que el 30,9 por ciento de retroceso que arrojaba el año móvil a finales de mayo de 2010, respecto a su correspondiente de 2009. Quizá por ello, Leif Johansson, presidente ejecutivo del grupo sueco, calificaba de razonables los resultados de Volvo en el segundo trimestre de 2010, en el que consiguió unos beneficios netos de 3.200 millones de coronas (unos 339 millones de euros), frente a los 5.600 millones de coronas perdidos en el segundo trimestre del pasado año.
Los beneficios operativos ascendieron a 4.800 millones de coronas suecas, con un margen operativo del 6,9 por ciento. Tras los ajustes de paridad de moneda, que en estos tiempos favorecen al grupo, la facturación neta subió un 31 por ciento (un 29 por ciento sin dichos ajustes), alcanzando 68.800 millones de coronas. Todo ello demuestra que las medidas tomadas por el grupo sueco para reducir los costes a lo largo del pasado año y en lo que va de 2010 están mostrando ya sus frutos. El segundo trimestre de 2010 ha sido para Volvo también el segundo trimestre positivo, después del desastre de 2009, que se tradujo en cinco trimestres seguidos de pérdidas. Johansson atribuyó una gran parte de la recuperación a la fuerte demanda de camiones que se registra en Brasil y China.
Otra cuestión son los mercados europeo y norteamericano, donde mientras Volvo sigue insistiendo en que la segunda mitad de 2010 registrará un notable incremento de la demanda de camiones que permitirá que se cumplan las previsiones del grupo sueco -un 10 por ciento de aumento de las ventas de camiones pesados en Europa y de un 20 a un 30 por ciento de esas ventas en Norteamérica- hay otros grandes grupos del sector de automoción que prevén descensos claros en la economía europea, una cierta recuperación de la norteamericana y una contracción de la japonesa.
Fue precisamente en este aspecto dónde Leif Johansson fue más acosado por las preguntas de los periodistas en la rueda de prensa de presentación de los resultados financieros y comerciales del grupo que preside para el segundo trimestre de 2010. Nadie ve qué motivos tiene Volvo para mantener a ultranza una más que dudosa recuperación de las ventas de camiones pesados en Europa y Norteamérica, salvo el de no alarmar a los inversores.