La compañía británica LDV, fabricante de los furgones Maxus, de la que se había anunciado recientemente que iba a ser adquirida por el grupo malayo Weststar, sacando a LDV de la suspensión de pagos, ha anunciado que vuelve de nuevo a dicha suspensión ante la imposibilidad de conseguir los fondos para poder reiniciar la producción de su gama de vehículos.
En medios próximos a LDV se ha sugerido que Weststar no había sido capaz de lograr el dinero preciso para adquirir LDV y que sus gestiones ante el Ministerio británico de Comercio para que éste le concediera un crédito puente de 45 millones de libras esterlinas (unos 51 millones de euros) no habían dado fruto, ya que desde él se les había dicho que no había inversores interesados y que las posibilidades de supervivencia de LDV eran muy escasas.
El gobierno británico ya había concedido un crédito puente de 5 millones de libras para mantener LDV mientras su propietario, el grupo ruso GAZ, negociaba con Weststar, pero ésta le dijo al gobierno británico que sólo podía avalar 1,4 millones de libras.
Al tiempo que reiniciaba su suspensión de pagos, LDV ha mandado a casa el retén de 50 trabajadores que aún seguían acudiendo a su fábrica de Birmingham. El total de la plantilla de LDV es de 850 personas y se estima que el empleo indirecto generado por ella en el área de Washwood Heath a través de distribuidores y proveedores asciende a 2.500 personas.