El puerto normando de Le Havre capea más o menos bien la crisis mundial. Su tráfico total de mercancías creció un 1,4 por ciento (80,5 millones de toneladas), mientras que el contenedor, afectado por las huelgas organizadas contra la reforma portuaria, cae un 7 por ciento (2,5 millones de TEUs).
La progresión general se debe esencialmente a los graneles líquidos, con una progresión del 6,7 por ciento (49,2 millones de toneladas). Hay que destacar que los intercambios con el hinterland han aumentado un 6 por ciento, y que la parte correspondiente al ferrocarril creció hasta el 28,3 por ciento.