T. Fernández-Quiros
El nuevo texto de la Ley General de Navegación Marítima deberá actualizarse teniendo en cuenta los compromisos internacionales alcanzados por España (por ejemplo, la denuncia del Convenio de 1952 sobre embargo preventivo y su sustitución por el Convenio de 1999, o la ratificación de las Reglas de Rotterdam), y debería tener en cuenta a todos los sectores afectados y los intereses predominantes en nuestro país.