Trasluchando  | 

Ley de Navegación Marítima

“¡Voto a Dios que me espanta esta grandeza y que diera un doblón por describilla! Porque ¿a quién no sorprende y maravilla esta máquina insigne, esta riqueza?” Con ese sarcástico soneto con estrambote, Cervantes describía el Túmulo de Felipe II en Sevilla. Un derroche.

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