La facturación del transporte cae un 15% frente a subidas del 9% anual desde 2002.
Tras años de bonanza, la época de vacas flacas ha llegado al transporte terrestre de contenedores del puerto de Barcelona. Frente a crecimientos de la facturación del 9 por ciento anual en los últimos años, este ejercicio se podría cerrar con un descenso superior al 15 por ciento. ALTC calcula que hay una sobreoferta de camiones del 20 por ciento
¿Fueron mejores los tiempos pasados y no tan lejanos? Los transportistas del puerto de Barcelona deben pensar que sí, y con diferencia. Y es que la recesión ha llegado al vehículo portacontenedor a tenor de la opinión manifestada por las empresas consultadas por este periódico. Algunos operadores firmarían por lograr los resultados de 2006, último año del estudio sobre la evolución del negocio de las empresas de transporte de contenedores que operan en el puerto de Barcelona, elaborado por TRANSPORTE XXI en base a los asientos depositados por las compañías en el Registro Mercantil.
El volumen de negocio de estas empresas creció el 45,3 por ciento en cinco años, a un ritmo del 9 por ciento anual. En 2006, facturaron 170,53 millones de euros, un 9,1 por ciento más que en el ejercicio precedente (ver tabla en la página contigua). “La facturación pasada es una quimera en la situación actual”, indican desde Transportes REM. Y es que frente a un ritmo de crecimiento anual de alrededor del 9 por ciento durante los últimos años, “nos vamos a mover entre un 15 y un 20 por ciento menos de volumen de negocio en 2008 con respecto al ejercicio anterior”, aseguraron otra fuentes.
“Hemos pasado de un crecimiento importante en los últimos años a entrar en crisis con perspectivas nada halagüeñas”, señalan desde Multilink. La ecuación es sencilla: “sino hay créditos para los importadores y exportadores, que son nuestros clientes, no se fabrica, sino se fabrica, no se vende y sino se vende y ello unido al descenso del consumo interno, no se transporta”. Externamente, la situación actual se visualiza en las escasas colas en los accesos a las puertas de las terminales para cargar y descargar, una imagen poco usual, especialmente en horas punta, en los muelles de la dársena. Internamente, en la decisión de algunas empresas de congelar la renovación o ampliación de la flota de vehículos que tenían prevista hasta que lleguen mejores tiempos.
Las pocas estadísticas que hay al respecto no dejan margen a la duda: los movimientos de camiones que entran y salen de TCB, la principal terminal de contenedores del puerto de Barcelona, han bajado casi un 20 por ciento en menos de dos meses, pasando de los 2.100 a los 1.700 vehículos diarios. La época de vacas gordas ha incrementado la flota de camiones que operan en el puerto de Barcelona, a lo que tampoco ha sido ajeno el plan de ordenación del transporte terrestre puesto en marcha por la Autoridad Portuaria de Barcelona, el conocido como Proatrans.
“El puerto ha sido un foco de atracción para el transporte que se dedicaba a otro tipo de mercado”, aseguran desde Transportes REM. En unos cinco años, se ha pasado de unos 1.200 camiones que operaban en la instalación a más de 2.000. La patronal de empresas de transporte, ALTC, calcula que sus asociados han incrementado la flota entre un 10 y un 15 por ciento en los últimos años. La actual situación económica ha llevado a un desequilibro entre la oferta y la demanda que se cuantifica en que, “posiblemente, sobran un 20 por ciento de los camiones que operan”, aseguran desde esta organización. El incremento de vehículos no ha sido sinónimo de concentración empresarial, todo y que ésta avanza con el Proatrans, uno de cuyos objetivos es, precisamente, promover empresas más grandes.
Las empresas que forman dos grandes grupos encuadradas en ALTC, CTC y Logiport, siguen manteniendo su independencia jurídica, aunque están cerca de la fusión. “La concentración empresarial es aconsejable, aunque no es una garantía de supervivencia en el mercado”, añaden fuentes de ALTC. Coinciden desde la asociación de autónomos Ametraci, “empresas más grandes no quiere decir que aguanten mejor la crisis, aunque se beneficien de una economía de escala, porque el servicio que ofrecen grandes y pequeñas es el mismo”.
Socios de esta organización constituyeron en 2006 la sociedad Traginers. Ametraci ha barajado crear una segunda sociedad, pero con la que está cayendo han decidido dejarla aparcada hasta que amaine la tormenta. La patronal ALTC cuenta con 72 empresas asociadas que suman una flota de 900 vehículos propios. Por su parte, Ametraci tiene 130 empresas con 200 camiones y la asociación de autónomos, Transcont Barcelona, cuenta con casi 800 afiliados, según datos de las propias entidades.