El empresario logra un plan de amortización “más dulce” sin necesidad de vender nuevos activos, sólo reajustando la naviera.
Boluda ha logrado que los bancos le echen otro cable para hacer frente a la deuda de 280 millones que tiene su grupo marítimo. El empresario ha cerrado un nuevo plan de amortización “más dulce” con sus acreedores, aunque mantiene 2018 como fecha de cancelación de la deuda. Los bancos no han pedido a Boluda la venta de nuevos activos
El empresario valenciano Vicente Boluda ha conseguido otro balón de oxígeno de los bancos acreedores, con los que ha cerrado una nueva refinanciación para la deuda de 280 millones que tiene el grupo marítimo. Con unas ventas superiores a 600 millones, la corporación extiende su actividad como armador, en astilleros, empresas de remolcadores, salvamento marítimo y terminales portuarias. Según Boluda, “tampoco es una refinanciación en sentido estricto, porque el plazo de amortizaciones se mantiene en 2018. Lo que hemos logrado es dulcificar la amortización de la deuda pendiente”.
Otras fuentes conocedoras de la operación abundan en este punto. “Ha conseguido un aplazamiento del pago de la deuda con una carencia de dos años, durante los cuales sólo tiene que pagar intereses; todo ello bajo un plan de negocio que pasa por reajustar Boluda Lines”. Boluda firmó la nueva estructura de financiación con los ocho bancos acreedores el pasado 3 de agosto. Lidera el sindicato el Banco Santander, y también participan las valencianas CAM y Bancaja, entre otras.
El primer plan de refinanciación se remonta a 2008 por valor de 600 millones. Parte de este importe tenía su origen en la compra de Compañía Marsellesa de Reparación en 2006, que se encontraba en suspensión de pagos y que liquidó tres años después ante su elevada deuda, y, sobre todo, en la adquisición de Les Abeilles, empresa de remolcadores con actividad en Francia y en los principales puertos de la costa africana, por la que el valenciano pagó 270 millones. En la época de bonanza, Boluda también compró La Luz Terminal de Contenedores a Acciona por 20 millones.
Para dar luz verde a esta primera refinanciación, los bancos acreedores exigieron a Boluda que se desprendiera de algunos de sus activos, como fue la venta de su participación en Aguas de Valencia por 35,9 millones, y de las terminales portuarias donde tenía una presencia minoritaria o no estratégica, como el 50 por ciento de TMS en Alicante que vendió a OHL por 12 millones. El empresario también consiguió 17 millones de la Autoridad Portuaria de Barcelona tras renunciar a la concesión que ocupaba Unión Naval Barcelona, astillero que desmanteló.
SIN MÁS SACRIFICIOS
Los sacrificios asumidos por el grupo han dado sus resultados. “De diciembre de 2008 hasta la fecha, es decir, en tan sólo tres años y con la que estaba cayendo, hemos amortizado 300 de los 600 millones de deuda que teníamos, dejándola en 280 millones. Ocurre que con la tesorería íbamos muy ajustados. Y en esta ocasión los bancos no nos han pedido la venta de nuevos activos. Lo que sí hemos hecho es ajustar la flota de Boluda Lines a la demanda existente, quitando un par de barcos y achatarrando la flota vieja.
También hemos realizado un ERE de 33 personas en la naviera, aunque la organización cuenta en España con 2.000 empleados”, explica Boluda. Boluda Lines, que opera en el mercado de cabotaje entre Península y Canarias, es una de las empresas de la corporación marítima que más está sufriendo con la crisis. Con unas ventas de 105 millones, arrastra importante pérdidas en los últimos cuatro ejercicios, que alcanzan los 9,9 millones en 2009 y 11 millones en 2010.