Pese a haber entregado 37.980 vehículos industriales en el primer semestre, un 19 por ciento más, el fabricante sueco Scania vio cómo sus beneficios netos se desplomaron un 15 por ciento, quedando en 316 millones.
Martin Lundstedt, presidente ejecutivo de Scania, justificó la evolución a la baja de los beneficios alegando que la paridad de la corona sueca frente a otras monedas como el euro y el dólar les había generado un perjuicio apreciable (un 7 por ciento sobre las ventas) y que el descenso de la demanda de camiones había desencadenado una fuerte guerra de precios en Europa.