Su presidente teme que la contracción del mercado de camiones en EEUU pueda alcanzar un 40% en el primer semestre de 2008.
El grupo sueco Volvo AB registró unos beneficios de 10.935 millones de coronas suecas (unos 1.180 millones de euros) sobre unas ventas de 200.849 millones de coronas en los nueve primeros meses de 2007, viendo cómo su resultado neto bajaba un 13 por ciento pese a que su facturación creció un 5 por ciento con respecto al mismo período de 2006.
Y eso que en los informes financieros de Volvo AB sólo se contabiliza Nissan Diesel desde abril de 2007, por lo que las ventas de la compañía japonesa suponen un factor positivo en cualquier caso, ya que no se hacen comparaciones con sus resultados en los correspondientes meses de 2006. A partir de abril de 2008, el grupo sueco puede verse con un nuevo problema cuando las cifras de Nissan Diesel permitan ya hacer comparaciones. Pero afortunadamente para Volvo AB, las ventas en Europa del Este, particularmente en el mercado ruso. se han disparado mientras que en Europa occidental se mantienen en un nivel alto.
De hecho, el propio grupo sueco ha elevado a 340.000 su previsión para el total de ventas de camiones de más de 16 toneladas en el conjunto de Europa, frente a los 330.000 de su anterior previsión. La actividad principal de Volvo AB es la producción y venta de camiones de las marcas Volvo, Mack, Renault y Nissan. La importante concentración de riesgo de las dos primeras y en particular de la segunda, en el mercado norteamericano, ha hecho que las finanzas del grupo sueco se resientan notablemente. Como se recordará, este mercado experimentó una brusca contracción de ventas a consecuencia del adelanto al último semestre de 2006 de buena parte de la demanda que normalmente se habría contratado en el primer semestre de 2007, por la entrada en vigor de una normativa sobre emisiones contaminantes mucho más estricta a comienzos de 2007.
El lector puede hacerse una idea de la gravedad de la situación si tiene en cuenta que en el segmento pesado del mercado de Estados Unidos se vendieron en 2006 unos 350.000 camiones, mientras que para 2007 sólo se esperan ventas de entre 200.000 y 250.000, aunque hay previsiones mucho más pesimistas que hablan de sólo 180.000. Leif Johansson, presidente ejecutivo de Volvo AB, ha pronosticado que la demanda europea crecerá aún de un 5 a un 10 por ciento en 2008, mientras que en Norteamérica hay esperanzas de que se inicie una leve recuperación.
Sin embargo, algunos analistas temen que esta última no llegue tan fácilmente, ya que al problema de la nueva normativa de emisiones se ha añadido la caída de la venta de viviendas y el “crack” de las hipotecas de alto riesgo en el transcurso del año 2007. De hecho, el mismo Leif Johansson ha admitido como escenario posible -el peor de ellos, desde luego- un descenso del 40 por ciento en las ventas del primer semestre de 2008 en EEUU, aunque la segunda mitad del año podría aportar una cierta reactivación de la demanda gracias en parte al ciclo de renovación de 10 años que siguen los transportistas estadounidenses.
“Partimos de la base de que el balance de 2008 será en su conjunto un año normal, con 260.000 vehículos vendidos, pero no sabemos si finalmente será así”, indicó Johansson. Sólo el aumento de sus beneficios netos en un 34 por ciento durante el tercer trimestre de 2007 y las expectativas de desarrollo en Europa del Este permitieron que las acciones de Volvo AB subieran su cotización. En efecto, el grupo sueco ha anunciado que para sacar el máximo partido de la explosión del mercado ruso, va a invertir 935 millones de coronas en una fábrica que ya se ha empezado a construir en la ciudad de Kaluga.