La asociación española Transprime critica que los ‘blank sailings’ están siendo utilizados por parte de los armadores sin contar con las necesidades que tienen los embarcadores.
Transprime, asociación profesional multisectorial formada por grandes empresas cargadoras, reclama mayor transparencia al sector naviero ante la amenaza del coronavirus y que la pandemia no sea aprovechada por las alianzas para mejorar su cuenta de resultados a costa de los clientes.
Su secretario general, Jordi Espin, indicó en el marco de un seminario telemático sobre el negocio naviero y el impacto del Covid-19 que “15 de las 27 alianzas mundiales superan el porcentaje permitido de dominio de mercado”, expresando su queja de que “los blank sailings (viajes cancelados) no han empezado con la crisis, en 2018 y 2019 también hubo, pero como ahora hay poca carga es una herramienta que se utiliza sin contar con los cargadores”.
En este sentido, Rosa Romero, abogada en The Lawyers’ House y profesora especialista en transporte, indicó que “los blank sailings que se está encontrando el cargador ante los cambios económicos provoca menor trazabilidad en la carga” y “estos no dejan de ser un incumplimiento del contrato de transporte ya que nos supone un tiempo de espera y una penalización”.
En concreto, según los datos de la consultora Drewry, en el primer cuatrimestre del año hubo 49 viajes cancelados por las diferentes navieras en la ruta entre Asia y el Mediterráneo.
Romero se mostró partidaria de que los cargadores reclamen a las navieras que tienen sus seguros, pero también indicó que “si las alianzas navieras han consolidado el mercado con menos interlocutores, no hay que verlo como negativo, sino que los cargadores tienen que hacerlo también para tener una voz común”. La abogada defendió que “navieras y cargadores tienen que ir de la mano, pero hay que ser muy meticulosos con la cobertura de riesgos de los contratos”.
Por otro lado, Espin anunció que Transprime, que es la delegación española de European Shippers’ Council (ESC) y miembro de Global Shippers’ Alliance (GSA), se ha unido con otras patronales europeas como Clecat y Feport para que la Comisión Europea tome medidas contra la normativa que permite las alianzas navieras, el ‘Block Exemption Regulation’, que ha sido prorrogado hasta 2024, solicitando que exista mayor transparencia sobre las auditorias que realizan las navieras y que haya indicadores que aseguren que los beneficios de las alianzas llegan a los cargadores.
El ‘webinar’ pasó revista a la futura hoja de ruta en la que transita el negocio marítimo en los próximos años, que va a estar marcada por la ley del clima. Entre los problemas que se apuntan a corto plazo están los posibles recargos que se van a producir por el higienizado de los contenedores.
Romero indicó que “es un momento de cambio y todo cambio al final implica un coste”, mientras que Espin señaló que “tenemos que cuestionar los modelos de las alianzas, diversificar, dentro del objetivo de lograr una negociación equilibrada entre navieras y cargadores”.