En los últimos seis meses han abierto veinte nuevas sociedades que tratan de arañar mercado con mínimas estructuras y bajos precios, al calor del tráfico de contenedores.
Los reajustes laborales como consecuencia de la larga crisis económica han disparado el número de nuevas transitarias y agencias de transporte en el puerto de Valencia. Al calor del tráfico de contenedores han abierto veinte nuevas sociedades en los últimos seis meses que tratan de arañar mercado con bajos precios y mínimas estructuras
La virulencia de la crisis económica en los últimos meses ha provocado un gran número de despidos en el sector de las empresas transitarias y de intermediación de transporte terrestre del puerto de Valencia. Esta serie de reajustes laborales se han traducido, por un lado, en un descenso en la talla empresarial de dos centenares de sociedades, pero, por otro han supuesto un incremento en la apertura de nuevas mercantiles que han iniciado su actividad en los últimos seis meses al calor de los crecimientos del tráfico import-export de contenedores del puerto de Valencia.
Entre nuevas empresas transitarias y agencias de transporte, el sector ha crecido en el puerto de Valencia en una veintena de sociedades en los últimos seis meses (ver cuadro superior), a las que se podrían unir, en el ámbito del entorno del recinto portuario valenciano, otras veinte mercantiles especializadas en el transporte por carretera y en el sector del almacenaje y distribución de mercancías.
La apertura de estas micro pymes dentro del sector de la intermediación, que “tratan de arañar nichos de mercado con mínimas estructuras y bajos precios”, es otra variable que “incrementa el deterioro de la estructura de un sector que ha sufrido una importante crisis de volumen y precios en los últimos veinticuatro meses”, afirma un empresario transportista que concluye afirmando que “la situación en el puerto de Valencia es de demasiados camiones, más de lo que el mercado puede absorber, no tanto en si esta o aquella transitaria cobra determinada comisión a un autónomo”, en relación con la última problemática vivida por el sector del transporte portuario.
Por su parte, un directivo de una veterana transitaria explica que “vemos que cada día hay más actores en el mercado, lo que está desconcertando a los cargadores que están recibiendo ofertas increíbles”, mientras que un histórico transitario del sector, preguntado por este periódico, coincide en señalar que “en esta larga crisis hemos tratando de mejorar nuestra productividad y hacer más cosas con menos gente”, concluyendo que “los tres problemas del transitario siguen siendo la atomización, la capitalización y la falta de financiación”. Entre los ‘nuevos habitantes’ del sector que luchan por un trocito de la tarta hay de todo. Desde el caso de un empresario que ya quebró su agencia de transportes en 2006 y que ahora vuelve a reabrir una sociedad, hasta la apuesta de destacados profesionales del sector que han aprovechado este contexto de crisis para reposicionarse en el negocio.
Es el caso de Juan Sarrasqueta, que tras su salida de la gerencia de “Viuda de Enrique Gimeno”, ha puesto en marcha la empresa “Integral Shipping Company” y, por otra parte, el veterano Simón Montolío Solsona, empresario afincado en Sagunto, que ha abierto la firma “SMC Logístics & Port Services”. El patrón empresarial que unifica la mayoría de nuevas mercantiles es “ofrecer un buen tiempo de tránsito a los clientes al mejor precio” y “consolidar nuestras ventas, nuestra relación con los clientes e invertir en flota propia en cuanto podamos”, mientras que otros argumentan su existencia en “ofrecer un servicio especializado en un tráfico concreto que nos permitirá en el futuro lograr un diversificación con la puesta en marcha de nuevos comerciales”.
Las nuevas sociedades inician su actividad sin estructura, pero “tienen un mar de nuevas ideas y eso es peligroso”, reconoce un empresario que se pregunta: “¿un móvil, una web y una agenda valen hoy para ser transitario?”. El sector portuario de intermediación del transporte de contenedores por vía marítima y terrestre, con razón social en Valencia, está formado por más de dos centenares de mercantiles que sumaron unas ventas anuales de 750 millones de euros en 2008. Las principales empresas transitarias obtuvieron una facturación de 400 millones de euros y el sector del acarreo de contenedores registró un volumen de negocio de 350 millones de euros.