El tráfico no recupera el pulso en la dársena, que cerró 2009 con un descenso del 26,6%.
Los estibadores del puerto de Pasajes aceptan prorrogar su ERE temporal durante todo el año 2010 para ajustar los costes de la Sociedad de Estiba al actual escenario de recesión de tráficos. La dársena guipuzcoana, a pesar del repunte registrado en los últimos meses del año, cerró 2009 con un movimiento de 3,4 millones de toneladas y una caída del 26,6 por ciento
La actividad del puerto de Pasajes no recupera el pulso y la Sociedad Estatal de Estiba y Desestiba se ha visto obligada a extender el ERE temporal que afecta a la totalidad de su plantilla, formada por unos 100 estibadores, a todo el año 2010 para ajustar sus costes al actual escenario de recesión de tráficos. El nuevo expediente, que se realizará de forma rotatoria, se ha prorrogado con las mismas condiciones que el que finalizó el pasado 31 de diciembre. Es decir, los trabajadores, que percibirán el 100 por ciento del salario, acudirán diariamente al puerto y los días no trabajados computarán como ERE, según confirmó a este periódico José Antonio Olaizola, responsable de Puertos de UGT, sindicato mayoritario en el comité de empresa de la sociedad de estiba del puerto de Pasajes.
Y es que el repunte que ha vivido la dársena guipuzcoana en los últimos meses -si bien la comparativa con el último trimestre de 2008 es engañosa, debido a que por esas fechas la crisis ya había empezado a golpear con fuerza la actividad comercialno ha logrado equilibrar la estadística. Así, a pesar de que el descenso del tráfico en diciembre con respecto al mes anterior apenas fue del 1,9 por ciento, el puerto de Pasajes cerró 2009 con un movimiento de 3,4 millones de toneladas y una del caída 26,6 por ciento, lastrada en gran medida por el recorte de producción de su principal cliente, el gigante ArcelorMittal, que mueve el 40 por ciento del tráfico de la dársena.
De hecho, el movimiento de productos siderúrgicos, la principal mercancía del puerto de Pasajes, registró un descenso del 15,64 por ciento, con 1,4 millones de toneladas movidas, mientras que el tráfico de chatarra se desplomó más de un 40 por ciento y se situó en cerca de 780.000 toneladas frente al movimiento de 1,3 millones de toneladas registrado en el año 2008.
Este fuerte descenso de los tráficos también ha pasado factura a las compañías que operan en la dársena, como es el caso de la consignataria Sobrinos de Manuel Cámara, participada por el grupo Bergé y Cía, que cerró el año 2009 con un tráfico de poco más de un millón de toneladas, lo que supuso una caída superior al 50 por ciento con respecto al año anterior, según señalaron fuentes sindicales.
El operador, que se vio obligado a aplicar varios expedientes de regulación de empleo durante el pasado año para capear la crisis, ha logrado cerrar recientemente un acuerdo con los sindicatos, que han aceptado siete prejubilaciones y dos despidos, con una indemnización de 45 días por año trabajado, a cambio de desactivar el recorte de 15 trabajadores que la consignataria puso sobre la mesa, explicaron las mismas fuentes.
Además, la compañía también aplicará a los 21 estibadores fijos de empresa un ERE temporal durante todo el año 2010. En este baile de cifras negativas, el tráfico de vehículos tampoco se salvó de la ‘quema’, a pesar de las ayudas públicas dirigidas a incentivar la compra de coches. La multinacional noruega UECC, que gestiona la terminal de vehículos del puerto de Pasajes, movió el pasado año un total de 222.796 coches, lo que supuso una caída del 26,7 por ciento con respecto al ejercicio anterior.