En lugar de eliminar las marcas compradas, ahora las empresas prefieren convertirlas en alternativas a la de la gama compradora.
Con el paso del tiempo, las fusiones de compañías han ido adoptando un aspecto menos cruento que el que tuvieron durante buena parte del último tercio del siglo pasado, cuando las compañías adquiridas desaparecían de escena. Ahora, en lugar de eliminar las marcas compradas, se prefiere convertirlas en gamas alternativas
¿Qué fue de Bussing, Saviem, Berliet, Bedford, ERF y otros muchos nombres que en su época habían sido grandes fábricas de camiones? En la mayoría de los casos son marcas desconocidas para los transportistas más jóvenes. Durante muchos años, cuando una marca compraba otra, el pez grande se esforzaba en eliminar rápidamente cualquier rastro del chico. Así, de las 23 marcas europeas presentes en 1975, apenas 17 años después sólo quedaban una decena y algunas de ellas en condiciones precarias. En el mismo período, la docena de fabricantes de camiones pesados que había en Norteamérica se quedó en la mitad.
Y entre los europeos que desembarcaron en Norteamérica estaba Volvo, que lo hizo en 1981, comprando White, que operaba en Estados Unidos y Canadá. En noviembre de 1986, la entonces denominada Volvo- White establecía una sociedad conjunta con GMC, la división de camiones de General Motors, para la producción de camiones pesados, en la que Volvo-White aportaba el 65 por ciento del capital, adquiriendo años después la totalidad del capital. Desde hace muchos años, Volvo cuenta con una gama única en Norteamérica, habiendo desaparecido todo vestigio de la imagen de los grandes camiones White y GMC…
Bueno, una gama no tan única, ya que Volvo mantiene Mack, firma que llegó a manos de los suecos cuando Renault les traspasó su división de vehículos industriales. Quizá sea el caso de Mack el desencadenante de la nueva forma de hacer fusiones, manteniendo la marca, para aprovecharse del prestigio que la misma pueda tener en ciertos mercados. Se inicia así la nueva forma de absorción incruenta a que nos referimos en que los camiones Mack y los Volvo se construyen en las mismas cadenas de montaje, de manera que Mack viene a recibir un tratamiento de gama, en lugar del de marca.
Antes del verano, con ocasión del lanzamiento de la nueva gama T de Renault, a pocos les pasó inadvertida la continúa presencia y el protagonismo de la alta gerencia de Volvo, representada por su presidente ejecutivo, Olof Persson, y por su vicepresidente de marketing y ventas, Peter Karlsten, que acompañaron a Bruno Blin, presidente de Renault Trucks Commercial, y participaron activamente en el evento, sin duda para recordar que el nuevo producto Renault era suyo, de los suecos, al margen de que a éstos les interese mantener una marca nacional gala para el mercado francés y para abrirles la puerta de otros mercados del norte de África.