La morosidad que sufre el transporte catalán por carretera se estancó en 2011, por segundo año consecutivo y tras tocar techo en 2009, según se desprende del balance de actividad de la Junta Arbitral del Transporte de Cataluña. Las demandas por impagos al transporte presentadas ante este organismo alternativo a la vía judicial han crecido menos del 1 por ciento entre 2010 y 2011, tras la espectacular subida del 150 por ciento registrada entre 2008 y 2009.
No obstante, la morosidad que sufre el sector casi triplica la que había con anterioridad a la crisis: se han pasado de las 392 demandas por impagos presentadas en 2007 a las 992 reclamaciones en 2011. El estancamiento de este tipo de reclamaciones obedece básicamente a dos factores, según fuentes del sector. Por un lado, “todos los que tenían que dejar de pagar ya lo han hecho”.
En segundo lugar, “el transportista se ha vuelto más prudente y antes de trabajar pide garantías”. Aunque la morosidad no aumente de forma escandalosa como en años anteriores, sigue siendo, y con diferencia, el principal conflicto que llega al organismo. El peso de este tipo de demandas en los litigios en los que intermedia la Junta Arbitral supone alrededor del 90 por ciento desde 2009, mientras que no superaba el 60 por ciento hasta 2007. Los otros dos principales conflictos, cuantitativamente residuales, que llegan a la Junta Arbitral rompieron la tendencia de años anteriores.
Los cargadores presentaron menos demandas por pérdidas o daños a la carga y por retrasos en la entrega. De las 66 demandas por daños en 2010, se pasaron a las 55 en 2011. Hubo 28 reclamaciones por retrasos en la entrega, cinco menos que en 2010. “Las empresas priorizan los cobros en la situación actual por encima de otros aspectos”, señalan desde la Junta Arbitral.
Las demandadas suelen ser en ambos casos empresas paqueteras. La media de retrasos por entrega es aproximadamente de unos 15 días. La Junta Arbitral de Cataluña se encontró en 2011 con más casos de los habituales de no localizar al denunciado en su domicilio para notificarle la presentación de la demanda. Y ello debido a que “el demandado estaba en concurso de acreedores o simplemente había dejado la actividad”. En ambos casos, el proceso sigue adelante, excepto si la reclamación ante la Junta se presentó a posteriori del concurso de acreedores, circunstancia en la que el organismo extrajudicial se inhibe.
Unos cuatro meses
La Junta Arbitral del Transporte de Cataluña tardó en 2011 una media de cuatro meses en los casos más complicados y dos meses en los más sencillos en dictar los laudos desde que se presentaron las reclamaciones.
La Junta Arbitral es más rápida que la vía judicial que, tal y como están de actividad los juzgados mercantiles, puede tardar más de un año en dictar una sentencia, señalan fuentes del sector.
El pasado año, la Junta de Cataluña recibió 1.102 demandas (992 por impagos), celebró 1.047 vistas y dictó 581 laudos.