El armador finlandés Finnlines, filial del grupo italiano Grimaldi, especializado en los tráficos bálticos de ro-ro, registra un descenso acusado de volúmenes en los puertos escandinavos que ha desembocado en la aparición de un desequilibrio en sus tráficos (la exportación de productos forestales, su principal negocio, ha caído un 8 por ciento) y en un descenso de sus beneficios en el tercer trimestre (-60 por ciento; 10,6 millones de euros).
Por su parte, la alemana Scandlines, que también explota los tráficos bálticos, pondrá fin a su servicio entre Dinamarca (Aarhus y Aabenda) y Lituania (Klaipeda), debido al descenso de la demanda, al aumento de la competencia (el coeficiente de uso de bodega ha caído un 50 por ciento), y al incremento de costes.
El armador germano ofrece otras dos conexiones en el Báltico, pero la ruta Rostock-Ventspils también sufre un descenso pronunciado del volumen. En el puerto de Ostende se registra un retroceso moderado del short sea, aunque esta evolución ya se identificó a principios de año.