El Corredor Mediterráneo, como parte del gran eje ferroviario Ferrmed para mercancías, se hace ya o los puertos españoles perderán definitivamente la carrera con los del norte de Europa por los tráficos procedentes de Asia. Así se puso de relieve en la jornada sobre el Eje Mediterráneo, organizada por el departamento de Presidencia de la Generalitat, que contó con la participación, entre otros, de Pere Padrosa, presidente de Astic y del Consejo del Transporte de Mercancías de la IRU, y Jordi Valls, presidente del puerto de Barcelona. El Eje Mediterráneo “es absolutamente necesario, el tren pasa ahora y las infraestructuras no se pueden parar”, señaló Pere Padrosa.
“Si somos capaces de integrar una compleja, pero, a la vez, sencilla red de infraestructuras terrestres conectadas con los puertos”, las mercancías procedentes de Asia con destino a Europa que ahora entran por el norte (el 75 por ciento del total), llegarían por el Mediterráneo. Y ello supondría “un ahorro de tiempo de 14 ó 15 días”, añadió el presidente del Consejo de Transportes.
El presidente del puerto de Barcelona, Jordi Valls, precisó que “el puerto empieza donde hay carga que transportar y no en el muelle”. Y por mucha infraestructura portuaria que exista, de no tener los puertos “una magnífica conectividad ferroviaria y viaria”, poco se podrá hacer para quitar cuota al norte de Europa. El trecho por recorrer es todavía largo ya que, como recordó el geógrafo Josep Vicent Boira, el Eje Mediterráneo es una infraestructura todavía no incluida en los proyectos prioritarios de la Unión Europea. “La pelota está en el tejado del Ministerio de Fomento” para que presione y consiga de Bruselas financiación.
“Si pasa ese tren, que el eje ferroviario Ferrmed, no sea declarado prioritario, quizás sea demasiado tarde”, señaló Jacinto Seguí, presidente de Ferrmed. Por otra parte, Jordi Valls alertó que “queda poco tiempo” para que las Administraciones Públicas “mejoremos sustancialmente las herramientas de gestión en relación con los privados”. Reconoció que la reacción de las públicas “es lenta”.