La siderúrgica, propiedad del grupo catalán Celsa, disminuirá un 40% su producción anual, estimada en 1,15 millones de toneladas.
El transporte por carretera perderá más de 35.000 portes por la caída de la cartera de pedidos en la siderúrgica Nervacero, que recortará cerca de un 40 por ciento su producción anual, estimada en 1,15 millones de toneladas. Pese al brusco bajada de las expediciones, la acería mantendrá en cartera a todos sus actuales transportistas
La brusca caída de la cartera de pedidos en la empresa siderúrgica Nervacero, uno de los principales termómetros de la actividad del transporte por carretera en Vizcaya, pasará una gruesa factura al sector, que continúa con todas las alarmas encendidas. La acería, propiedad del catalán Celsa y ubicada en Trapagaran, no ha podido evitar los efectos del desplome de la construcción y reducirá un 40 por ciento su producción anual, estimada en 1,15 millones de toneladas, según fuentes sindicales.
Este recorte supondrá la pérdida de más de 35.000 viajes para los transportistas entre entradas de materia prima, chatarra fundamentalmente, y salidas de producto acabado. El anuncio de la acería, que sigue el camino emprendido hace meses por otras siderúrgicas de referencia de la zona, como ArcelorMittal Sestao y Sidenor, que también han recortado su producción entre un 40 y un 50 por ciento para ajustarse a la contracción de la demanda, ha caído como un jarro de agua fría entre sus principales proveedores, algunos muy vinculados a la actividad de Nervacero, según confirmaron a este periódico fuentes del sector.
En cualquier caso, la drástica reducción del ritmo de producción que llevará a cabo la acería del grupo Celsa no provocará, en principio, un baile de proveedores. Las mismas fuentes señalaron, en este sentido, que responsables de la siderúrgica habían manifestado ya a sus principales transportistas la intención de la compañía de “mantener en cartera a todos sus proveedores” a pesar de la brusca caída de las expediciones.
De hecho, la planta vizcaína ha pasado de mover unos 500 camiones diarios a sólo 100, aunque fuentes sindicales indicaron que se trataba de “una situación puntual”, ya que “la empresa tenía suficiente stock y había decidido no comprar más materia prima hasta fijar el nuevo ritmo de fabricación”, por lo que esperan que el movimiento aumente paulatinamente y se sitúe por encima de los 200 camiones diarios de media. Al cierre de esta edición, Nervacero, especializada en la fabricación de barras de acero corrugado, utilizadas habitualmente para reforzar las estructuras de hormigón en la construcción, había cerrado un principio de acuerdo con los sindicatos para la aplicación de un ERE.