Esto representaría cerca de 120.000 TEUs en las rutas comerciales con China, Europa y Estados Unidos, aunque expertos señalan que las tarifas no sufrirán grandes cambios.
La paralización de la gran industria japonesa de la automoción, la electrónica, las altas tecnologías, los químicos y los combustibles, puede traducirse en el corto plazo en un descenso de los tráficos marítimos, y hasta en el retraso de las líneas de ensamblaje de su mayor cliente: China. La apreciación del yuan también corre peligro
El terremoto de escala 9, el mayor de la historia sísmica de Japón, y una ola de tsunami que penetró más de cinco kilómetros en el interior del Noreste de la isla el pasado 11 de marzo, han provocado la mayor perturbación de la cadena de suministro por causas naturales. Aún se desconoce cuál será el impacto de la paralización de las cadenas de suministro japonesas.
Fuentes habituales de estadística de tráficos marítimos y aéreos, como BIMCO, Drewry Shipping Consulting o PIERS International, señalan que es pronto para evaluar las consecuencias sobre las tarifas y los volúmenes de transporte, aunque es seguro que las habrá. De momento se avanzan descensos de hasta un 20 por ciento en los tráficos marítimos nipones en los próximos meses, según Lloyd’s List. Las cadenas de suministro niponas son las más modernas del mundo. Todos los fabricantes de automóviles (Nissan, Toyota, Honda, etc) producen sus coches y sus componentes en just in time, por lo que el cierre de los puertos y los cortes de electricidad han provocado la paralización de las líneas de ensamblaje.
Toyota detuvo toda su producción nacional el día del tsunami y hasta el 22 de marzo, con lo que también se pararon todas las fábricas de sus proveedores “tier” aguas arriba en su cadena de suministro. El resto de cadenas de producción de Toyota en el mundo también ha sufrido con el cierre del flujo de piezas y componentes procedentes de Japón. Mitsubihi canceló todas sus actividades en la planta de Tohoku.
BIMCO señala que el parón de la industria nipona automotriz puede llevar a las navieras a evitar las escalas en los puertos nipones en los próximos meses. Japón fabrica el 40 por ciento de las memorias flash que utilizan los teléfonos celulares y los ordenadores de todo el mundo. Sony cerró su fábrica de Sendai (región más afectada por el tsunami) y otras diez plantas más. Hitachi cerró seis líneas de producción afectadas por el tsunami, mientras que Toshiba, que no sufrió daños en ninguna instalación, sí ha apagado la luz en las que se encuentran en las regiones afectadas por los apagones para ahorrar electricidad.
Los tráficos aéreos, de los que depende en gran medida el sector de las altas tecnologías, también se han visto afectados. FedEx reanudó a finales de la semana pasada sus operaciones en el Este del país, pero con limitaciones. La conclusión es que si bien hace falta tiempo para evaluar el impacto del terremoto en la cadena de suministro global, lo cierto es que la importancia de la logística ha ganado muchos enteros en la opinión pública en los últimos días.
China es el país más afectado por la crisis japonesa
El Ministerio de Comercio de China ha afirmado que la paralización de la cadena de suministro japonesa afectará a la producción automotriz y electrónica china, e incluso puede motivar la cancelación de lanzamientos de nuevos productos, según The International Business Daily. Reuters recoge opiniones de economistas independientes para destacar que el impacto a corto plazo del seísmo puede sermuy severo para China, y podría incluso retrasar la apreciación del yuan. Japón es el primer importador en China, con un 13 por ciento del mercado, y el segundo destino de los productos chinos, con un 8 por ciento.
La parte del león de este comercio son los productos electrónicos y la maquinaria para las cadenas de ensamblaje de China. El tráfico aéreo entre los dos países también se verá afectado, ya que este es el modo empleado por los productos de alta tecnología para alimentar las fábricas chinas. Estas rutas representan el 23 por ciento del total del mercado internacional japonés en ingresos.
El parón de los tráficos marítimos nipones llega en un momento de deterioro global de las tarifas de transporte de contenedores
Al cierre de esta edición, siete puertos petroleros japoneses permanecían cerrados a consecuencia del seísmo y posterior tsunami que sufrió la isla el pasado 11 de marzo. El día del cataclismo, 15 recintos de la región más afectada cerraron sus muelles a todos los tráficos, y fueron reanudando operaciones poco a poco hasta que todos retomaron sus actividades al finalizar el mes. Las compañías marítimas, entre ellas Maersk, evitan estos puertos por miedo a las radiaciones de la central de Fukushima.
La paralización de la industria química y petrolera y el cierre de los puertos, ha puesto en jaque a una de las rutas marítimas más transitadas del mundo. Las exportaciones niponas en 2010 fueron de 527.000 TEUs hacia Europa, y de cerca de 800.000 TEUs hacia EE.UU. Si bien China se ha comido el comercio industrial nipón en los últimos años, lo cierto es que el seísmo ha afectado a las cadenas de suministro globales de la automoción, la electrónica, los químicos y los combustibles. Por ahora las tarifas de transporte de contenedores no han registrado grandes cambios, y algunas fuentes señalan que no tendrían por qué hacerlo ya que, de hecho, ya estaban muy a la baja.
Las tarifas spot desde Asia hacia Europa rondan el millar de dólares por TEU (hace 12 meses estaban en 2.100 dólares). El Indice de Precios de Shanghai del mes de diciembre estaba en 1.400 dólares, y bajando desde hace semanas. El índice Drewry de las rutas entre Hong-Kong y Los Angeles se mantiene en 1.643 dólares y sin cambios en la tercera semana de marzo, lo que representa un descenso del 6,3 por ciento con respecto al año pasado. En cuanto al sector aéreo, IATA señala que Japón representa el 6,4 por ciento de las operaciones mundiales y el 10 por ciento de los ingresos. “No veremos mejoría hasta el segundo semestre del año”, declaró Giovanni Bisignani, director general de la asociación.