La fuerte escalada del precio del gasóleo siembra la preocupación en un mercado en el que el 70% de las mercancías están en manos del sector del transporte por carretera.
El precio del gasóleo es de risa en Norteamérica si se compara con Europa, pero allí la industria del transporte por carretera ha visto cómo el precio del petróleo se encarecía un 41% desde octubre. Una situación que ha hecho que los transportistas vuelvan la vista hacia el uso de combustibles alternativos, como el gas natural.
A los 3,5 millones de transportistas norteamericanos se les ha hecho un nudo en el estómago al ver que el precio del petróleo y el de los combustibles que derivan de él, como la gasolina o el gasóleo, ha emprendido desde el año pasado una escalada que no tiene visos de alcanzar su fin. Y, lógicamente, en un mercado en que el 70 por ciento de las mercancías se transportan por carretera, el aumento de precios de los combustibles se refleja de inmediato en el precio de las cosas, disparando la inflación.
Por eso, no tiene nada de extraño que muchos transportistas estén volviendo la vista hacia otras alternativas, de entre las que destaca el gas natural. En efecto, el precio de este combustible se encuentra en estos momentos dólar y medio por debajo del que tiene el gasóleo, medido en ambos casos en galones, lo usual en aquellas latitudes, que equivale a 3,785 litros.
Como en Europa, en Norteamérica tienen el problema de carecer de una red de distribución adecuada para este combustible alternativo, de manera que el transportista cuente con suficientes puntos de abastecimiento del mismo. La otra dificultad que podría plantear la extensión del uso de gas natural como combustible para los motores de camiones está bastante más resuelta y puede que en este frente tengamos alguna ventaja los europeos.
En efecto, hace años que en el Viejo Continente se usa el gas natural comprimido para propulsar los autobuses de muchas de nuestras flotas municipales y también contamos con fabricantes de camiones que han experimentado con el gas natural, tanto en su forma comprimida (GNC), como en su forma licuada (GNL), que no es más que otro paso adelante en la compresión de ese combustible gaseoso, pero que resulta de gran importancia de cara a elevar la autonomía de los camiones, pues puede llegar a duplicarla; eso sí, a costa de una mayor pérdida de carga útil.
En Norteamérica, los fabricantes de camiones son también conscientes del problema y por eso han empezado a orientar sus inversiones para el desarrollo de motores en el frente del gas natural. Así, en la última edición del Mid-America Trucking Show, posiblemente la feria más prestigiosa del camión en toda Norteamérica, Cummins presentaba su motor ISX12 G, de gas natural, con potencias de hasta 400 caballos y anunciaba que había comenzado el desarrollo de un motor de 15 litros de cilindrada con encendido por bujías, que también consumirá gas natural.
El constructor estadounidense de motores, se apoya en una sociedad conjunta que tiene establecida con Westport Innovations, un especialista en este tipo de motores. El ISX15 G, que es como se denominará el nuevo motor, deriva del motor ISX15 de gasóleo y podría comenzar a fabricarse en el año 2014.