El grupo naviero, que aumentó sus ingresos un 32 por ciento en 2022, observa un estancamiento en la evolución del flujo interoceánico de contenedores, con una tendencia negativa que puede llegar hasta el 2,5 por ciento durante 2023.
Maersk alerta de un estancamiento en el desarrollo del transporte marítimo mundial en 2023. El grupo naviero danés anunció ayer, en su presentación de resultados, que observa un parón en la evolución del flujo interoceánico de contenedores, con una tendencia negativa de hasta el 2,5 por ciento durante 2023. Sus pronósticos hablan de una horquilla que oscila entre un crecimiento del 0,5 por ciento y la desaceleración anunciada del 2,5 por ciento, dado que “se espera que el crecimiento del PIB mundial de 2023 sea moderado”.
La previsión del operador es que exista una corrección en el mercado de oferta y demanda del transporte marítimo, que “se completará al final del primer semestre, lo que conducirá a un entorno de demanda más equilibrado”.
Un diagnóstico que se produce tras un “año excepcional” para Maersk. Así de contundente se mostró ayer el consejero delegado de A.P. Moller-Maersk, Vicent Clerk, con el resultado del ejercicio 2022 del grupo danés, que alcanzó un volumen de ingresos de 75.800 millones de euros, con un aumento del 32 por ciento. El Ebitda del grupo ascendió a 34.237 millones de euros, un 53 por ciento más que en 2021.
Clerk indicó que el grupo ha logrado “el mejor resultado financiero en la historia de la compañía” durante un año en el que reconoce que en su primera parte hubo “condiciones anormales del mercado” fruto de la congestión y el aumento de tráficos.
Estos aspectos se fueron relajando y se encaminaron “a una reducción significativa de la demanda de los consumidores que llevó a una reducción significativa de existencias”, provocando “una normalización del mercado oceánico que se inició durante el tramo final del año”.
En 2022, su división naviera registró unas ventas de 59.800 millones de euros, un 33 por ciento más que en 2021, “el resultado más sólido” para el grupo “debido a las altas tarifas de flete y la fuerte demanda, particularmente en la primera mitad del año”. La compañía naviera indica que durante el pasado año “continuó cumpliendo con la transformación estratégica, manteniendo un nivel estable de contratos a largo plazo con fuertes márgenes”, y mejoró el rendimiento en las entregas al irse reduciendo la congestión en los puertos.
Filosofía ‘end to end’
La compañía continúa incentivando su filosofía de ofrecer a sus clientes una cadena de suministro ‘end to end’, por lo que en sus resultados de 2022 sobresale el comportamiento de su división dedicada a logística, donde los ingresos aumentaron un 47 por ciento, con ventas por valor de 13.400 millones de euros.
En este aspecto, el grupo resalta que durante el pasado año amplió su capacidad logística a través de la integración en su entramado de las empresas Pilot, Senator y LF Logistics, así como de un crecimiento orgánico de más del 20 por ciento.
Menores crecimientos experimentaron sus divisiones de terminales y remolcadores. La primera obtuvo unos ingresos de 4.065 millones de euros, con un aumento del 9 por ciento, ajustado por la salida de Rusia y respaldado por un sólido crecimiento de los volúmenes y altos ingresos por almacenamiento relacionados con la congestión, mientras que la segunda creció un 10 por ciento, con unas ventas de 2.132 millones de euros.
Pese a este crecimiento, la compañía indica que en 2023 “la desaceleración de la economía global conducirá a un mercado más débil”, por lo que “continuará buscando oportunidades de crecimiento dentro de los negocios de logística y terminales”.