Las tensiones internacionales pasaron factura a los puertos de interés general el pasado ejercicio, que cerraron por debajo de los 550 millones de toneladas canalizadas y un retroceso del 3,3% en comparación con 2022.
El pasado ejercicio ha sido un mal año para el sistema portuario español. Los puertos de interés general canalizaron 543,30 millones de toneladas en 2023, frente a los 561,70 millones de toneladas de 2022, lo que supone un retroceso del 3,3 por ciento.
Se trata de un balance negativo fruto de un año “marcado por una desaceleración en los tráficos, por diversas tensiones internacionales, como la guerra de Rusia y Ucrania”, argumenta Puertos del Estado a través de un comunicado. En la última parte del año, “se sumó la situación de violencia en Oriente Medio, que provoca afecciones en el comercio marítimo al verse afectado el paso por el mar Rojo”, generando “cambios de rutas, retrasos y también subida de costes”.
El principal tráfico, la mercancía general, saldó el año con una caída del 2,9 por ciento, hasta los 262,6 millones de toneladas. Y ello debido al comportamiento de los contenedores, un flujo que retrocedió el 4,5 por ciento, hasta los 16,37 millones de TEUs, es decir, 772.188 TEUs menos que en 2022.
Más de la mitad de los contenedores perdidos correspondieron al transbordo (430.377 TEUs), que saldó el ejercicio con 8,39 millones de TEUs y un retroceso del 4,5 por ciento. Las importaciones y exportaciones sumaron un descenso superior al transbordo (-5,3 por ciento), hasta los 5,89 millones de TEUs, lo que supuso 329.244 TEUs menos que en 2022. El mercado nacional aguantó mejor el ejercicio con 2,09 millones de TEUs y una caída del 0,6 por ciento.
No se salvaron de la bajada generalizada los graneles. Los líquidos cerraron el ejercicio con 175,06 millones de toneladas y un retroceso del 3,7 por ciento. El mismo porcentaje retrocedieron los graneles sólidos, hasta los 90,44 millones de toneladas, y ello a pesar de dispararse tráficos como el de cereales (+33 por ciento).