Estudia cómo encajar la demanda de los navieros españoles de hacer más flexible la contratación de marinos de terceros países.
La Dirección General de la Marina Mercante está elaborando un plan estratégico sectorial que pasa por mejorar la competitividad del registro de buques de Canarias. En este sentido, una de las viejas reivindicaciones de la patronal Anave es flexibilizar la contratación de marinos de terceros países para no huir a las banderas de Madeira y Malta.
La Dirección General de la Marina Mercante está trabajando en la elaboración de un “plan estratégico que recogerá, entre sus objetivos, la mejora de la eficiencia general del sector del transporte marítimo”, según reconoció en un reciente foro Rafael Rodríguez, el nuevo titular de este negociado de Fomento. “Este objetivo pasa -añadió Rodríguez- por potenciar, promocionar y hacer atractiva nuestra bandera. Hablo de dotar de las mejores condiciones competitivas que sean posibles al Registro Especial de Buques y Empresas Navieras”.
El director de Marina Mercante también reconoció que “si bien el Registro de Canarias ya recoge, en líneas generales, muchas de las demandas históricas del sector naviero, el diablo está en los detalles, y en los detalles nos centraremos para hacer que esas pequeñas diferencias supongan una ventaja competitiva para los buques abanderados en España”, concluyó Rodríguez.
En este sentido, fuentes cercanas a la patronal naviera Anave aseguran que “sobre el papel no hay tanta diferencia entre el registro de Canarias y los de Malta y Madeira”, los principales competidores del pabellón español. “Lo único que piden los armadores españoles es que la práctica administrativa sea más sencilla”, subrayan. En Malta y Madeira, los armadores no están obligados a dar de alta a los trabajadores en la Seguridad Social.
En su lugar, contratan un seguro con el club de Protección e Indemnización (P&I). Esto no supone una ventaja competitiva sobre el registro de buques español, porque los armadores aquí disfrutan de un bonificación del 90 por ciento en las cotizaciones a la Seguridad Social de las tripulaciones. Según los expertos consultados, “el problema está en la contratación de marinos de terceros países”, permitida en el Registro de Canarias hasta un máximo del 50 por ciento de la tripulación. El resto, incluido el capitán y el primer oficial, tiene que ser comunitaria.
MERMA DE COMPETITIVIDAD
El trabajo en la mar está incluido en el ‘catálogo de ocupaciones de difícil cobertura’, que permite contratar a personas no comunitarias y que se revisa y aprueba cada tres meses por una comisión formada por el Ministerio de Trabajo, la CEOE y los sindicatos. En fechas recientes, la patronal Anave, que preside Adolfo Utor, renovó con UGT Mar el acuerdo firmado en 2006 para el enrole de marinos no comunitarios en buques españoles.
“Que este catálogo se revise cada tres meses crea mucha inseguridad entre los armadores, que no saben si podrán contratar de nuevo a los marinos de terceros países que en ese momento tienen en nómina”, añaden las mismas fuentes.
Esta circunstancia merma competitividad al registro canario frente a los de Malta y Madeira, que siguen atrayendo a armadores españoles. De hecho, según datos de la patronal Anave, la flota mercante de pabellón español ha perdido desde el año 2006 el 28 por ciento de sus buques y el 32 por ciento de sus puestos de trabajo nacionales.
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