Marvalsa ralentiza su ampliación por la falta de carga del mercado

Dragados-SPL estudia retomar las obras del Muelle de Costa en septiembre para que pueda entrar en operación en el año 2012.

Marítima Valenciana ha ralentizado su ampliación en el Muelle de Costa, que le aportará 23,7 hectáreas, ante la falta de nueva carga en el mercado. Dragados-SPL estudia retomar las obras a partir de septiembre para que la ampliación, que está prevista que ofrezca un tratamiento dedicado a la suiza MSC, pueda entrar en operación con contenedores en el ejercicio 2012

Marítima Valenciana, filial de Grupo Dragados-SPL, se ha visto obligada a ralentizar su plan de ampliación de la Terminal Pública de Contenedores del puerto de Valencia en el Muelle de Costa ante la falta de nueva carga en el mercado. “El problema es que no hay tráfico para el Muelle de Costa. Lo tenemos en stand-by, junto con el puerto, hasta que tomemos la decisión de meternos a fondo y se reactive el mercado de carga local”, según ha señalado a TRANSPORTE XXI, Víctor Alberola, presidente de la filial de Grupo Dragados-SPL. La empresa estibadora está estudiando, en la actualidad, “parar seis meses más y empezar las obras de consolidación después de verano” ante la escasez de carga que existe actualmente en el mercado.

La previsible arrancada de las obras quedaría así pendiente hasta el próximo mes de septiembre, con lo que “hasta principios de 2012 el Muelle de Costa no entraría en operación de contenedores”. De esta forma, la ampliación entraría en servicio con una demora de dos años respecto a las iniciales previsiones que tenía Dragados-SPL, ya que el objetivo era empezar a dar “un tratamiento dedicado” a la naviera suiza MSC en diciembre de 2009 en parte de la nueva superficie. Marítima Valenciana, que está acometiendo una inversión de 50 millones de euros en la ampliación de su terminal, inició las obras de consolidación del Muelle de Costa en septiembre de 2008 con un plazo de ejecución de 16 meses y un presupuesto adjudicado a la constructora Dragados de 9.511.950 euros.

Las obras de consolidación de la superficie de 237.000 metros cuadrados del Muelle de Costa son necesarias porque la pavimentación de la superestructura, destinada en los últimos años al depósito de vehículos, se apoya sobre terrenos no consolidados y carece de las instalaciones necesarias para dar servicio al depósito de contenedores. En la actualidad, la constructora Dragados ha iniciado la actuación sobre 60.000 metros cuadrados del Muelle de Costa, mientras que 177.000 metros cuadrados se mantienen alquilados por Marítima Valenciana para el depósito de vehículos.

Tras las obras de consolidación de los terrenos, Dragados deberá ejecutar el pavimentado de la superficie, así como la obra civil para la instalación de 546 metros de carriles para las grúas marítimas, los caminos de rodadura de los transtainers, así como el resto de acabados de la terminal, como redes de agua potable, contraincendio, instalaciones eléctricas y telecomunicaciones. Nuevos equipamientos Mientras se realizan las obras de consolidación, sin prisa pero sin pausa, Marítima Valenciana ya ha recibido las dos primeras grúas portainer super post panamax de las cinco unidades firmadas con Paceco España en septiembre de 2008. Las cinco cabrias, que se instalarán en el Muelle de Costa, completarán un parque de 21 grúas portacontenedores para Marítima Valenciana, la mayor oferta que hay en una terminal multicliente del sur de Europa.

El Muelle de Costa aportará un tráfico superior al medio millón de TEUs anuales a Marítima Valenciana, permitiendo situar su capacidad por encima de los 2,5 millones de TEUs, con una superficie de 158 hectáreas y una línea de atraque de 2.280 metros a 16 metros de calado. Marítima Valenciana alcanzó un volumen de 1.934.490 TEUs durante 2008. La terminal pública tiene concesión en el puerto de Valencia hasta el año 2031, tras concederle la Autoridad Portuaria una prórroga de diez años en 2001 para hacer frente a la inversión necesaria para la ampliación de sus instalaciones en el Muelle de Costa y no dañar el equilibrio económico-financiero de la concesión.