Empresas dudan que la puesta en marcha de la nueva terminal reactive sus negocios.
El tráfico de TEUs sigue creciendo en Barcelona, pero este incremento no se acaba de trasladar al transporte por carretera de contenedores que opera en la dársena. La rentabilidad se ha reducido a la mitad con la crisis. Las empresas tienen escasa confianza en que la puesta en marcha de la nueva terminal de Hutchison reactive el negocio
El negocio del contenedor en el puerto de Barcelona mantiene la senda del crecimiento que emprendió en 2010, tras el annus horribilis de 2009 (ver página 20). Sin embargo, esta bonanza, eso sí, todavía alejada de los tráficos pre crisis, no se acaba de trasladar al transporte por carretera de contenedores que opera en la dársena catalana, según la mayoría de las empresas consultadas por este periódico. El tráfico de contenedores llenos con origen y destino en Barcelona (sin contar el transbordo) creció el 9,60 por ciento en los primeros nueve meses del año en comparación con el acumulado hasta septiembre de 2010, cuando ya había experimentado un repunte del 14,01 por ciento respecto al mismo periodo del año precedente. Esta recuperación “no la estamos notando ni en la facturación ni en el volumen de trabajo”, señala el empresario de una compañía de transportes que lleva más de 15 años operando en el puerto.
“Manejamos mantener las mismas cifras de volumen que en 2010, que fue el año de la recuperación, en el que crecimos alrededor de un 15 por ciento”, añaden desde otra empresa. No obstante, esta compañía se muestra prudente en vaticinar lo que puede pasar a muy corto plazo porque, con la crisis, “las estadísticas con las que tradicionalmente nos movíamos se han vuelto locas”. Históricamente, “enero era un buen mes para el negocio y octubre malo, y este año, ha pasado justo lo contrario, en enero hubo gran actividad y octubre fue nefasto”, añaden desde esta compañía que lleva 22 años en el mercado. No pintan bastos a todos los consultados. Otra empresa, formada por 11 socios, ha incrementado la facturación en un 20 por ciento, hasta octubre.
“Hemos aumentado nuestra cartera de clientes, todos son solventes y hemos dejado de prestar servicio a los dudosos”, aseguran desde esta compañía, que ha apostado por el más vale pájaro en mano que ciento volando a raíz de tener 150.000 euros de impagados, que difícilmente cobrará. Esta empresa es un rara avis que ha incrementado la flota de vehículos propios en tres unidades, hasta sumar veinte, “que hemos avalado los socios con nuestras propiedades privadas”. Que el incremento de la actividad en los muelles no se refleje de forma generalizada en el transporte por carretera no es debido a que, ahora, los contenedores entran y salen de la dársena en tren, aunque el ferrocarril ha experimentado un importante incremento de cuota: “lo que está pasando es que por cada contenedor nuevo que se capta hay dos camiones más que antes no operaban en el puerto y ahora sí”, resumen desde la Associació de Transportistes Empresaris de Contenidors (ATEC).
Esta patronal calcula que en los dos últimos años el parque de vehículos que opera en la dársena ha aumentado casi un 20 por ciento. Todas las fuentes consultadas coinciden en que la oferta de camiones ha crecido a un ritmo mayor que la demanda. “Hay transportistas que vienen al puerto, aguantan uno o dos meses, comprueban que no se ganan la vida, se van y vienen otros”, señala un operador. Y también hay nuevas empresas de transporte: “autónomos que montan una empresa, ofrecen precios de autónomos y no duran ni seis meses”, señala otro. “Somos muchos para el mercado que hay, pero esto pasa en el transporte de contenedores, de portavehículos o en cualquier otro tipo de transporte”, puntualiza otro empresario. Con este escenario de más oferta que demanda, los precios no se recuperan a los niveles pre crisis.
“Antes había diferentes precios y diferentes calidades. Ahora, trabajamos todos con los precios muy ajustados y el cliente se beneficia, casi por el mismo precio, de mayor calidad”, señalan desde una empresa, que da por cerrada la guerra de precios que se desató en 2009 y se prolongó en 2010. No comparte esta opinión otra compañía, “sigue habiendo empresas con flota propia que están trabajando por debajo de costes”. “Hay transitarios que únicamente se mueven por el precio y no miran si el transportista tiene todos los papeles en regla o no”, asegura otra. “Los precios los seguimos sin marcar las empresas de transporte, los fijan el transitario o el consignatario”. Antes de la crisis, era bastante inusual “escuchar la palabra tender en el negocio del transporte en el puerto”.
Ahora, “es más habitual que transitarios o consignatarios que manejan un volumen importante de contenedores convoquen tenders para adjudicar el transporte por carretera”, señalan desde una de las empresas consultadas, partidaria de este método porque “es más transparente y da más igualdad de oportunidades”. Hay otra lectura sobre los tenders, “se hacían también antes, pero eran más restrictivos. Ahora, son más abiertos para que se presenten más ofertas, con lo que todavía se baja más el flete del transporte”. Con los precios por los suelos, las rentabilidades tampoco levantan cabeza. “Nos movemos con un margen de entre el 6 y el 8 por ciento, la mitad que en 2008 y similar al del año pasado”, señalan desde una de las empresas. En la situación actual, para sobrevivir en el negocio, hay que aplicar las tijeras: “hemos hecho una política de reducción de costes muy importante. Hay partidas en las que no podemos, como el gasóleo, pero sí en los seguros de los vehículos que, negociando, hemos conseguido una bajada del 30 por ciento”. Ninguno de los consultados se atreve a vaticinar qué pasará el próximo año.
El más optimista apunta “a un año de transición como el presente” y el que menos predice la caída de más de una empresa, “porque no podrá aguantar más”, de mantenerse la actual situación. Dudan de que la puesta en marcha de la terminal de Hutchison en el nuevo muelle Prat, prevista para mediados de 2012, reactive el negocio. “Está por ver si se generarán nuevos tráficos”. “La situación es extremadamente difícil para captar tráficos que ahora pasan por otros puertos”, añade otro operador. La crisis se ceba en las empresas de transporte y en los autónomos, aunque los integrantes de Cotraport (antigua Transcont) han subido su facturación de media el 7 por ciento hasta octubre. “Aunque podemos acabar el año no tan bien porque en septiembre bajó el 8 por ciento y en octubre, el 17 por ciento”, señalaron fuentes de Cotraport. La morosidad ha descendido. La cruz: se están alargando los plazos para cobrar. “La media de pago es a unos 60 días, pero cada vez hay más a 90 días”, añaden desde la cooperativa de transportistas autónomos.
Casi el 15% más
El tráfico de exportación e importación de contenedores llenos en el puerto de Barcelona creció el 14,90 por ciento el pasado año, hasta los 989.564 TEUs, en comparación con 2009.
Se iniciaba así la senda de la recuperación de este tráfico, tras el nefasto 2009, que no se ha acabado de trasladar al transporte por carretera de contenedores.
En los primeros nueve meses del año, el tráfico con origen/destino en Barcelona de contenedores llenos ha alcanzado los 797.608 TEUs, lo que significa 69.903 TEUs más que en 2010, pero todavía 42.701 TEUs menos que en 2008.