Hacienda rectifica su propuesta inicial y rehúye equiparar la fiscalidad entre empresas y autónomos, decisión criticada por Astic ya que alimenta la “distorsión del mercado”.
Montoro rectifica su propuesta inicial y eleva de 50.000 a 300.000 euros el límite de exclusión del transporte de los módulos, -ahora en 450.000 euros-, ante el temor a un paro en pleno rescate. La decisión ha sido muy criticada por la patronal Astic, ya que alimenta la “distorsión del mercado” y “fomenta la atomización.
La exclusión del transporte de mercancías por carretera del sistema de tributación por módulos, propuesta incluida en el plan de medidas contra el fraude fiscal elaborado por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha quedado en agua de borrajas. El proyecto de Ley de modificación de la normativa tributaria y presupuestaria, remitido a las Cortes, ha elevado finalmente el volumen de rendimientos íntegros para poder estar en módulos de 50.000 a 300.000 euros al año, línea roja que ahora está fijada en 450.000 euros.
Una tibia modificación que deja las cosas prácticamente como estaban, ya que permitirá acogerse al régimen de estimación objetiva a la práctica totalidad de autónomos que deseen tributar por este sistema. De hecho, si la medida anunciada por Montoro en abril podría haber llegado a afectar a unos 43.000 transportistas de pesado que tienen entre uno y cinco camiones, lo que supone el 41 por ciento del sector, ahora sólo sacaría de los módulos a cerca de 3.000 transportistas con entre cuatro y cinco camiones, que difícilmente estarían por debajo de los 300.000 euros de facturación anuales.
Es decir, menos del 3 por ciento del sector. Fuentes de toda solvencia aseguraron a este periódico que la presión ejercida por el sector, con CETM y Fenadismer a la cabeza, y el temor a un paro nacional en pleno rescate, y con la prima de riesgo por las nubes, ha hecho mella en el Ejecutivo de Rajoy, que ha decidido dar marcha atrás y rectificar su propuesta inicial. Un movimiento que ciertos colectivos de transportistas han interpretado como un ejercicio de “coherencia”, tras alertar que los autónomos no podrían asumir en la actual coyuntura la subida impositiva que preparaba Hacienda.
Por h o por b, lo cierto es que Montoro rehúye equiparar la fiscalidad en el sector, lo que seguirá desvirtuando la competencia, como consecuencia de las ventajas fiscales de los autónomos a la hora de tributar, que se sitúa entre cinco y diez puntos por debajo de la estimación directa, según datos de Fomento. El anuncio de Hacienda ha caído como un jarro de agua fría en la asociación de transporte internacional por carretera Astic, que defiende la supresión de los módulos, al entender que “las condiciones de mercado tienen que ser iguales para todos”, según afirmó el nuevo presidente de la patronal, Marcos Basante, en el marco de la Asamblea General celebrada en Almería. Basante adelantó, en este sentido, que Astic plantará batalla en el trámite parlamentario para intentar eliminar los módulos, aunque será complicado, ya que el Ejecutivo de Rajoy tiene mayoría en el Congreso.
La patronal, a través de un comunicado, arremete con dureza contra el Gobierno, que “ha rectificado de forma incomprensible”, permitiendo el mantenimiento del sistema de tributación por módulos, “perjudicial para la ordenación sectorial, distorsionador para el funcionamiento del mercado de transportes y origen de volúmenes muy importantes de economía sumergida”. Además, tras apuntar que no existe ningún Estado miembro de la UE con un régimen semejante, la asociación señala que mantener los módulos es “gravemente discriminatorio”, al impedir que los que no están en este régimen puedan competir en el mismo mercado. Una situación, añade el mismo comunicado, que “fomenta la atomización empresarial”.
Por su parte, la patronal CETM, un mar de siglas donde conviven flotistas y autónomos, mantiene una posición de indefinición y ‘oficialmente’ se limita a recordar el acuerdo de mínimos alcanzado en el seno del Comité Nacional, que pedía a la Dirección General de Tributos un período transitorio de dos años en base a un número de vehículos y volumen de facturación. No obstante, aunque, eso sí, una vez que ya se conoció la modificación de Hacienca y en el marco de la asamblea general de una de sus organizaciones miembro, el presidente de la Confederación, Marcos Monterio, se motró muy crítico con el sistema de módulos, que “ha dado lugar a todo tipo de corruptelas”.
Por el contrario, Fenadismer y Fetransa, organizaciones de transportistas identificadas claramente con los intereses de los autónomos, han acogido con satisfacción la decisión del Ejecutivo, que consideran “racional”. El propio presidente de Fenadismer, Julio Villaescusa, calificó de “éxito rotundo” el nuevo régimen y reiteró que no veía razonable establecer una medida de tal calado, que de no haberse modificado habría afectado “traumáticamente la supervivencia del 80 por ciento del tejido empresarial del sector”.
Nuevo paso atrás en la reestructuración del transporte por carretera
El Ejecutivo de Rajoy ha vuelto a poner demoda el conocido refrán: “Donde dije digo, digo Diego”. El mantenimiento de los módulos es un ejemplo más de la improvisación política del Gobierno, que continúa sin rumbo y dando bandazos. Anuncia que no subiría el IVA, y ahora parece que lo hará pronto. Con las privatizaciones de Renfe y Aena, más de lo mismo… Es como si para cada asunto pendiente encima de lamesa hubiese que deshojar una margarita o tirar los dados. Es evidente que no era el mejormomento para excluir al transporte del sistema demódulos, que podría haber sido la “puntilla” para un sector con el agua al cuello, debido al fuerte incremento de los costes que acarrearía esta medida, en el entorno del 10 por ciento, inasumible para la mayoría de los autónomos en la actual coyuntura de vacas flacas.
Pero no es menos cierto que una vez más se ha perdido una ocasión histórica para vertebrar el sector, aunque hubiese sido de una manera indirecta e inconsciente. Es decir, la política de concentración que han promovido históricamente los gobiernos de turno para dotar de mayor músculo empresarial al transporte por carretera vuelve a fracasar. Y es que el mantenimiento de esta diferente fiscalidad en el sector es una subvención a la atomización empresarial, que desvirtúa el mercado y el tipo de empresa, como consecuencia de las ventajas fiscales de los autónomos a la hora de tributar, y constituye una bolsa de fraude.
Está claro que los autónomos, la mayoría bajo el paraguas de organizaciones más grandes, tienen que seguir existiendo, pero lo que no es normal es que existan en España más de 100.000 empresas, lo que no deja de ser una incongruencia, porque luego somosmuy pequeños en comparación con Europa. Una realidad que, además, podría empeorar con la nueva redacción del régimen demódulos al rebajarse los ingresos anuales de 450.000 a 300.000 euros, ya que, a partir de ahora, los transportistas con cuatro y cinco camiones, que difícilmente estarían dentro de este sistema, tenderán a disgregarse en empresas más pequeñas, por una simple cuestión de costes.
Más allá del punto final a una discriminación absurda, esmuy difícil presagiar qué hubiese ocurrido finalmente con la eliminación de losmódulos. Algunos empresarios llegaron a vaticinar la reconversión ‘de facto’ del sector, aunque no está tan claro, porque sigue sin haber cultura de concentración. Y es que, aún en el caso de que se equiparase la fiscalidad, la vía de la subcontratación, en el actual contexto social y laboral, sería más ventajosa que crecer con flota propia y conductores asalariados. Y ahí si que queda mucho por hacer, si de verdad se quiere ir a un sector más estructurado.