Editorial  | 

Mujeres en la dirección del cambio

La clave no está solo en abrir la puerta, sino en garantizar que todas las personas sean evaluadas por su talento y no por su género.

El transporte sigue siendo uno de los ámbitos más masculinizados de la economía. Apenas el 22 por ciento de los profesionales de la logística y el transporte en Europa son mujeres.

Transporte XXI, aprovechando la celebración el 8 de marzo del Día Internacional de la Mujer, publica en esta edición una amplia encuesta para dar visibilidad al papel de la mujer en el sector. Y las respuestas coinciden al señalar que se han logrado avances, cada vez más mujeres acceden a puestos de responsabilidad, pero el camino hacia la igualdad real aún es largo.

La diversidad no es un adorno ni una cuestión de corrección política. Las empresas más competitivas han entendido que la inclusión de la mujer en puestos de decisión aporta nuevas perspectivas, mejora la toma de decisiones y fortalece el tejido empresarial. Sin embargo, aún persisten barreras invisibles y sesgos inconscientes que dificultan el acceso de las mujeres a estos puestos. La clave no está solo en abrir la puerta, sino en garantizar que todas las personas sean evaluadas por su talento y no por su género.

La imposición de cuotas ha servido, en algunos casos, para romper con inercias de otras épocas y permitir que muchas mujeres tuvieran la oportunidad de demostrar sus capacidades en un sector tradicionalmente dominado por hombres. Pero el objetivo no debe ser cumplir con una cifra, sino consolidar un entorno donde la meritocracia funcione sin distorsiones y donde las mujeres accedan de manera natural a los cargos directivos sin la necesidad de medidas extraordinarias. Para ello, es imprescindible impulsar cambios estructurales que permitan la conciliación y eliminen los obstáculos que históricamente han frenado el ascenso profesional de muchas mujeres. Esto implica revisar los procesos de selección, fomentar modelos de liderazgo inclusivos y promover referentes femeninos que inspiren a las nuevas generaciones.

No se trata de una cuestión de justicia social, sino de inteligencia empresarial. La diversidad y experiencia fortalece a las compañías y las hace más resilientes. Es momento de dejar atrás las barreras simbólicas y avanzar hacia una transformación real, donde la presencia de mujeres en el sector del transporte y la logística no sea noticia, sino algo normal.