Si se sigue favoreciendo la atomización dejaremos espacio a que las mejoras nos vengan “impuestas”
De los tres millones de empresas que forman el tejido empresarial español, el 90% son pequeñas (menos de 50 trabajadores) y el 70% son micropymes (menos de una decena de empleados). Y el transporte de mercancías por carretera no es una excepción: el 70% de las compañías están regentadas por autónomos; las flotas del 50% de estas empresas están compuestas por un único vehículo; y en el 80% sus parques rodantes no superan los cinco camiones. Y esta hiperatomización es un hándicap para competir en un mundo globalizado en el que hay que innovar, ser competitivos e internacionalizarse, sin olvidar la transformación digital y la transición energética.
El hecho de que la mayoría de los operadores de transporte sean pequeños se traduce a la postre en bajo potencial de crecimiento, menor productividad sectorial, debilidad a la hora de negociar con sus clientes o sus proveedores y poco atractivo para atraer talento joven a la profesión de transportista.
¿Podría una microempresa con tres camiones planificar su diversificación de inversiones para lograr el cumplimiento más eficiente de las directrices medioambientales? ¿Podría estar al tanto y lograr aplicar su candidatura para obtener las ayudas derivadas de los fondos Next Generation? ¿Es un oferente de empleo atractivo para quienes busquen hacer carrera profesional en este sector? ¿Puede evitar que sean otros los que capten las cargas de clientes que, al final, habrá de transportar en sus vehículos?
La flota media de las empresas españolas con autorización para ejercer de transportistas es de 3,6 vehículos y así es muy difícil competir en Europa o afrontar retos como la sostenibilidad, la digitalización o la intermodalidad. Nuestro sector necesita ganar tamaño. Algo para lo que necesitamos la intervención del Gobierno con medidas fiscales y laborales y un marco de seguridad jurídica que impulsen el crecimiento empresarial de un sector imprescindible para nuestra economía. Si se sigue favoreciendo la atomización estaremos dejando espacio a que las mejoras de productividad nos vengan “impuestas” por actores de fuera del sector y pasemos del problema de los “riders” en su bicis al de los “drivers” en sus camiones.
Ramón Valdivia
rvaldivia@astic.net