Al ya prolífico mundo del asociacionismo del transporte por carretera se ha sumado una nueva organización, la Asociación de Pequeños y Medianos Transportistas (Aspetrans), creada en Cataluña. Como indican sus siglas, el objetivo de Aspetrans es “defender los intereses de los pequeños y medianos transportistas que consideramos que no están representados en las organizaciones que hay”, según ha señalado su presidente, Jaime Lozano.
La organización que se postula como representante de este colectivo, Fenadismer (AGTC en Cataluña), “es inmovilista, como el resto de asociaciones que integran el Comité Nacional del Transporte por Carretera”. “No saben lo que es el día a día del transporte y están alejadas de la realidad”, añadió Lozano. La nueva organización nace con 25 empresas. “No salimos de la nada”. Se empezó a gestar a raíz de la última huelga del sector por el encarecimiento del precio del combustible en 2008. La protesta finalizó con los acuerdos alcanzados entre los representantes del transporte y la Administración, “pero no se dio ninguna solución real”. Aspetrans no nace “para liarla y convocar paros porque somos empresarios, y la huelga es un medio no un fin”. Aunque la situación actual de crisis que vive el sector “no tiene parangón, no ha sido vivida antes por la pequeña y mediana empresa”, para Aspetrans, “no se dan las condiciones para convocar un paro”.
La organización hizo su presentación oficial el pasado 1 de julio en unas jornadas técnicas en Barcelona. Su objetivo pasa ahora por ganar socios en Cataluña y dar el salto a Madrid. “Nuestra vocación es nacional, pero vamos poco a poco”, con lo que el desembarco en la capital no se producirá hasta finales de este año o principios del próximo. “Nuestro objetivo a largo plazo es tener representación en el Comité Nacional del Transporte”.
Su ideario pasa por “democratizar el sector y que la representatividad en el Comité no esté en función del número de autorizaciones (vehículos) que tiene una empresa, sino que una empresa valga un voto, tenga ésta 2 ó 20 camiones”. Las organizaciones del transporte catalán han acogido con bastante escepticismo la nueva asociación. Dudan de su viabilidad en un momento en el que las asociaciones que llevan años implantadas están perdiendo socios porque no pueden afrontar el pago de las cuotas o han desaparecido del mercado.
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