Navistar International, el fabricante estadounidense de camiones y motores Diesel, ha conseguido llegar a un principio de acuerdo con la Securities and Exchange Commission (SEC), que regula la bolsa de Nueva York, la cual había abierto una investigación sobre la contabilidad de aquél durante los ejercicios 2002 a 2005, ambos incluídos. El mencionado principio de acuerdo establece que no se impondrá multa alguna a Navistar pero ésta se compromete a aceptar un acuerdo administrativo ligado a las prácticas contables de ciertas de sus áreas antes del acuerdo ahora alcanzado.
Asimismo, Daniel Ustian, presidente ejecutivo de Navistar International, tendrá que devolver una parte de los incentivos que cobró en 2004, el único ejercicio del período investigado en que Ustian cobró incentivos. Además, algunos otros miembros de la antigua plantilla de Navistar tendrán que aceptar sanciones civiles. Los problemas contables de Navistar comenzaron en enero de 2006, cuando reconoció que no podía presentar a tiempo en la SEC el obligado informe financiero anual del ejercicio 2005.
En abril de 2006, Navistar despidió a Deloitte, sus auditores por mucho tiempo, contratando a KPMG, al tiempo que advertía que se veía obligada a revisar la contabilidad de los ejercicios previos hasta 2002, para corregir una serie de errores que se habían detectado en la misma. En diciembre de 2007, Navistar había conseguido recomponer la contabilidad de los ejercicios 2002, 2003, 2004 y los tres primeros trimestres de 2005.