El asunto le cuesta el puesto a su presidente ejecutivo, Daniel Ustian, que decide jubilarse.
En Estados Unidos, las meteduras de pata se pagan, aunque no se tenga una responsabilidad técnica directa, pues basta la responsabilidad de la cadena de mando. A Daniel Ustian, presidente ejecutivo de Navistar, una de ellas le ha costado el puesto, que ocupa, momentáneamente, Lewis Campbell, que fue presidente de Textron
Las autoridades estadounidenses han decidido elevar hasta 3.775 dólares (casi 3.000 euros), la multa por cada motor fabricado por Navistar que no cumpla las normas EPA 2010 (equivalentes a nuestras Euro 6), sobre reducción de emisiones contaminantes, que el constructor de camiones había intentado cubrir en sus motores MaxxForce sólo con el uso de la recirculación de los gases del escape (EGR), sin la reducción catalítica selectiva (SCR), para eliminar los óxidos de nitrógeno procedentes de la combustión del gasóleo, fracasando en su esfuerzo. Inicialmente, la EPA, agencia federal que se encarga de los temas medio ambientales en EEUU, había dado a Navistar un margen para que tratara de poner a punto sus motores de manera que se ajustaran a los límites legales de emisión, aunque sancionando al fabricante con una multa de 1.919 dólares por cada motor en esas circunstancias. Ahora, sin embargo, la EPA ha decidido que según va pasando el tiempo, la sanción debe ser más elevada, duplicando la multa.
Navistar ha tratado de solucionar el problema sólo con EGR, pero la realidad ha demostrado que sus competidores tenían razón y por eso habían optado todos ellos por una solución que combina EGR y SCR. Las multas que hasta ahora ha venido pagando la compañía y las mucho más importantes que se le vienen encima son uno de los motivos que han hecho que las acciones de Navistar coticen a la mitad de precio que lo hacían hace un año.
En efecto, desarrollar una nueva gama de motores no es cosa de un día ni, mucho menos, barata: el proyecto para sacar adelante el motor que ha dado origen al problema, le ha costado a Navistar 700 millones de dólares. Por ello, la compañía ha optado por servirse de un proveedor externo que pueda suministrarle los motores acordes con las normas EPA 2010 lo antes posible.
Cummins ha sido el fabricante elegido. En realidad, la única alternativa, ya que el resto de los productores de motores están controlados por fabricantes de camiones que son competidores directos de Navistar. La compañía comenzará a instalar motores Cummins de 15 litros con EGR y SCR en diciembre y, en abril de 2013, espera haber adaptado la tecnología SCR de Cummins a sus motores MaxxForce de 13 litros.
El lector puede imaginarse que, si Navistar no quiere perder sus clientes, tendrá que venderles camiones a sabiendas de que cada uno de ellos va a costarle 3.775 dólares de multa, difícilmente repercutible en el transportista. A consecuencia de todo ello, la compañía ha relevado de su cargo a Daniel Ustian, su presidente ejecutivo, que, oficialmente, se ha jubilado. Momentáneamente, coge el testigo Lewis Campbell, que fue presidente ejecutivo de Textron.