El armador griego del “Rhea”, a pesar del temporal de 65 nudos, rechazó la ayuda de los remolcadores “por precio” y el carguero acabó varado en una playa de Algeciras.
El carguero panameño “Rhea”, propiedad de un armador griego, acabó en enero varado en un playa de Algeciras después de desobedecer la orden de la Capitanía Marítima de que tomara el cabo de los remolcadores que salieron en su auxilio. A pesar del temporal, el “Rhea” despreció la ayuda argumentando “motivos comerciales”
La historia se vuelve a repetir en aguas del Estrecho. En octubre de 2008, el bulk carrier “Fedra”, azotado por un temporal de Levante, se fue contra las piedras y se partió en dos después de rechazar la ayuda de los remolcadores. El “Fedra” no tomó los cabos que le lanzaron para no tener que pagar ni el remolque ni la operación de salvamento. El pasado 28 de enero, aunque con un resultado nada accidentado, el carguero “Rhea”, propiedad del griego Blue Ocean Maritime y con bandera de Panamá, embarrancó en Algeciras. El “Rhea” también despreció la ayuda de los remolcadores “por motivos comerciales”.
Este barco, procedente de Ceuta, había echado el ancla un día antes en un fondeadero del puerto de Algeciras, donde iba a avituallarse. Largó cinco grilletes al agua en un fondo de 23 metros. El buque, del año 1984, con 4.041 toneladas de arqueo bruto y 102 metros de eslora, iba en lastre. A las 12.00 horas del miércoles 27 de enero, la Torre de Algeciras, desde donde se controla el tráfico marítimo del Estrecho, advirtió al “Rhea” vía VHF que “se acercaba un fuerte temporal de Levante para esa noche, por lo que era necesario que tuviera la máquina principal preparada y que filará dos grilletes más de cadena en el agua”, recomendaciones que fueron aceptadas por el capitán del carguero, señalan fuentes solventes.
A las 00.00 horas del jueves 28, cuando soplaban vientos del Este Sureste de hasta 65 nudos (120 kilómetros a la hora) y con mar gruesa, los prácticos preguntaron al capitán del Rhea “si le enviaban un remolcador para ayudarle porque estaban observando en la pantalla, a través del Sistema de Identificación Automática (AIS), que el buque estaba tomando una trayectoria de componente Oeste Noroeste, lo que suponía un peligro porque podía terminar embarrancando en la costa”. Sin embargo, el capitán del “Rhea”, que poco antes había intentado arrancar sin éxito la máquina para controlar la deriva y salir a capear el temporal, respondió que “no necesitamos ningún remolcador”.
Su rotundidad duró muy poco. Diez minutos más tarde, el capitán solicitó un remolcador a los prácticos, que le enviaron el “VB Siroco”, de Boluda Towage, aunque el “Luz de Mar”, propiedad de la pública Salvamento Marítimo, que se encontraba operando en las proximidades del fondeadero del “Rhea”, fue el primero en acercarse. Pero ya era demasiado tarde. El buque, sin la máquina principal operativa y castigado por vientos de 65 nudos, tocó fondo en la playa de El Rinconcillo a las 00.30 horas. Poco después, el “Luz de Mar” consiguió “conectarse mediante un cabo guía desde su proa hacia la popa del buque del Rhea”. Un práctico intentó subir al barco, pero la mar rompiente impidió su embarque.
A las 01.10 horas, la Capitanía Marítima de Algeciras ordenó al capitán del Rhea “virar el cabo de guía y recoger el remolque del Luz de Mar”, a lo que respondió que “no hace falta remolcador porque estamos tocando en fondo de arena. No se ha producido contaminación ni heridos a bordo. Nos quedaremos aquí y a primera hora de la mañana (con la pleamar) intentaremos salir por nuestros propios medios”. Negativa en redondo Las órdenes para que tomara el remolque del “Luz de Mar”, procedentes de Capitanía Marítima y de los prácticos, se sucedieron una y otra vez a lo largo de la noche.
El capitán del “Rhea” respondió a las mismas “preguntando una y otra vez por el precio del remolque”, aseguran fuentes solventes. Sin embargo, aunque “desde la Capitanía le insistían en que la operación de remolque era necesaria por su seguridad, que aquello no era un negocio, el capitán se negó en redondo a tomar el cabo del Luz de Mar argumentando motivos comerciales”.
La preocupación por el coste económico de la operación llegó a su paroxismo cuando comunicaron al “Rhea” que tenía disponible un atraque en el puerto de Algeciras para abrigarse del temporal, una vez que hubiese tomado el remolque y salido del fondo de arena donde estaba varado. El capitán contestó que “el atraque es aún más caro que el remolque”. Salvamento Marítimo, que presta un servicio público, no negocia precios. Obedece órdenes de la Capitanía Marítima y cobra unas tasas oficiales y, si la operación de remolque deriva en un salvamento, puede reclamar un premio ante los tribunales, tal como marca la ley. Fue a las 3.30 horas de la madrugada cuando el capitán del “Rhea” obtuvo orden de su armador, el griego Blue Ocean Maritime, para tomar el cabo del “Luz del Mar”.
Sin embargo, debido a la adversas condiciones meteorológicas y a que el barco panameño se encontraba sin la máquina principal operativa, no pudo ser reflotado por el buque de salvamento “Luz del Mar” hasta las 15.25 horas del sábado 30 de enero, es decir, dos días y medio después de su embarrancada en la playa de El Rinconcillo.