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Noatum compite con APM Terminals por la explotación del puerto americano de Virginia

La danesa y un consorcio participado por la española pugnan por la sexta dársena de EEUU, próxima al Canal de Panamá, y ponen 2.300 millones de euros sobre la mesa.

Noatum Ports compite con APM Terminals por la explotación del puerto americano de Virginia por un plazo de 48 años. Un consorcio formado por el grupo español y la estadounidense Maher, bajo el soporte de JPMorgan, han presentado una alternativa a la oferta realizada por la división de terminales del grupo danés AP Moller-Maersk

Un consorcio formado por la española Noatum Ports y la estadounidense Maher, bajo el soporte financiero de JP Morgan, han presentado una oferta al proceso de privatización del puerto de Virginia, según la información pública emitida por el Gobierno Federal del estado norteamericano, a la que ha tenido acceso TRANSPORTE XXI. Esta oferta de intenciones es “una alternativa financiera y operativa” a la presentada por APM Terminals, la división especializada en terminales del gigante danés A.P. Moller-Maersk, que ya cuenta con una terminal pública en la rada estadounidense.

En palabras de un alto funcionario del Estado de Virginia la oferta de Noatum es “sorprendentemente buena”. Y es que el banco estadounidense ha remitido una sólida oferta de 3.100 millones de dólares, con un pago adelantado de 400 millones. En esta oferta, JP Morgan presenta toda su experiencia, operativa y conocimiento del sector en las terminales de Noatum en Valencia, Bilbao, Malaga y Las Palmas, y de su equipo directivo, según su propuesta, así como la de Maher, un veterano terminalista que opera en los puertos de New York y Port of Prince Rupert y que tiene prevista la apertura de una nueva terminal en Nova Scotia, Canadá. Virginia es hoy el tercer puerto de mayor tráfico de mercancías de la Costa Este y el sexto más importante de Estados Unidos.

Dispone de una importante situación geoestratégica muy valorada por las principales navieras mundiales dentro de las rutas Este-Oeste. Por su cercanía al Canal de Panamá, la ubicación del puerto de Virginia tendrá aún más valor tras la entrada en funcionamiento de la ampliación de esta instalación en 2015. La expansión del Canal significará una redefinición de las rutas y un salto importante en el tamaño de los buques que ahora transitan por el mismo, ya que, en el caso de los portacontenedores, pasarán de los actuales buques de 5.000 TEUs hasta los 12.500. En 2012, el puerto de Virginia obtuvo un movimiento de 2,1 millones de TEUs, de los el 40 por ciento corresponde a tráficos con Asia que transitan por el Canal de Panamá. Así las cosas, no es de extrañar la puja que mantienen APM Terminals y Noatum por hacerse con el control del puerto de Virginia.

La Autoridad Portuaria de Virginia (VPA) es un organismo autónomo de la Mancomunidad de Virginia que gestiona, a través de su empresa local VIT, las tres terminales de contenedores de las dársenas de Norfolk y Portsmouth y una terminal de carbón en Newport News. En julio de 2010, APM Terminals logró en arrendamiento, por un plazo de 20 años, una segunda terminal en Portsmouth, hoy en pleno funcionamiento, aunque su gestión se realiza a través de la empresa VIT, que explota la instalación. Esta instalación presta servicio tanto a Maersk como a las navieras MSC, China Shipping, UASC, CMA CGM, Hapag Lloyd y Hanjin, entre otras. Supuso una inversión de alrededor de 500 millones de dólares.

APM Terminals Virginia es propiedad de APM Terminals, tiene un contrato de alquiler con la Autoridad Portuaria de Virginia, pero su operativa corre a cargo de Virginia International Terminals. Y es que Virginia es el único gran estado de la Costa Este de EE.UU. que protege bajo una tutela pública sus terminales portuarias y la titularidad de los terrenos de la dársena. Sin embargo, las leyes de Virginia permiten a las empresas presentar propuestas no solicitadas de privatización. Esta legislación es la que motivó a APM Terminals en mayo de 2012 a presentar una sólida oferta con el objetivo, entre otras variables, de poder pasar a gestionar directamente su terminal, al tiempo que gestionaba el resto del puerto.

No existe otra fórmula con las actuales leyes estatales. A ello hay que sumar el lógico interés del gigante dánes por posicionar sus buques en un enclave tan estratégico a la hora de enlazar nuevos servicios y rutas con la futura ampliación del Canal de Panamá. La propuesta de APM Terminals vino a convulsionar el escenario portuario del enclave americano, sometiendo a la rada a un proceso de privatización sin precedentes en este puerto estadounidense. El órdago de la filial de A.P. Moller- Maersk fue contundente. El terminalista presentó una oferta de 3.912 millones de dólares por la gestión de todas las terminales de Virginia por un plazo de 48 años.

El grupo se haría cargo así del control completo del recinto portuario. Eric Sisco, presidente de APM Terminals América, afirmó que su propuesta permitirá unificar las diversas instalaciones portuarias, modernizando las dos terminales y seguir ampliando la actual instalación de la danesa en la dársena. Tras la jugosa oferta, el Gobernador de Virginia, Robert F. McDonell, comenzó a recibir varias cartas de las principales navieras mundiales. Las misivas de Cosco, Hanjin, K Line, MSC, UASC, Yang Ming y ZIM, entre otras, firmadas por sus máximos ejecutivos, expresaban el malestar de las líneas por la posible deriva monopolística que se produciría si la gestión del todo el puerto se adjudicaba a una única empresa.

En este caso, a APM Terminals, filial de Maersk Line, la primera naviera del mundo y competidor de los citados armadores. Por último, el Estado de Virginia, que hará pública su decisión antes de mayo, ha señalado que se tomará en serio ambas ofertas si finalmente opta por prescindir de su filial VIT. El objetivo del Gobierno de Virginia es eliminar el “monopolio público” que lleva asentado 30 años en la dársena, colocando al puerto en situación de competir por nuevos tráficos.

Negocio en América ante la crisis en España

El proceso abierto en el Estado de Virginia, que aún mantiene terminales bajo el manto público de su autoridad portuaria, puede ser el ejemplo de lo que puede pasar en los puertos españoles, si la crisis de actividad sigue instalada por tiempo. Lo cierto es que grupos como Noatum ya han solicitado árnica al Gobierno de Rajoy. Bien aumentando el plazo de las concesiones, bien rebajando el precio del suelo en los puertos, la previsión de actividad a medio plazo no da para hacer frente a las cuantiosas inversiones que demanda la actividad portuaria.

No hay cajas para tanta terminal y los precios están por los suelos, ante la fuerte volatilidad y el alto poder de negociación de los navieros. Un claro ejemplo de este poder es la oferta de APM Terminals para hacerse con la gestión de Virginia. No ha hecho gracia a la mayoría de navieras mundiales por aquello de que el gigante danés traslade a tierra el dominio que ya tiene en el mar y se han mostrado contrarios a la propuesta para hacerse con la gestión pormedio siglo del enclave Esta decisión abre la expectativa a la española Noatum, que junto con Maher, un sólido terminalista de Nueva York, ha presentado oferta a la gestión de Virginia, bajo el enorme paraguas financiero de JPMorgan, al que también se podría unir el fondo del Deustche Bank, RREEF.

Y es que la oferta de Noatum ha caído bien en Virginia porque impulsaría la actividad de contenedores en Craney Island, la futura expansión de la rada, aparte de ofrecer numerosos dividendos al Estado. Aunque también haya opositores e incluso se quieran cambiar las leyes, en Estados Unidos la privatización avanza. Los dólares se mueven. España tiene un modelo concesional avanzado, pero aquí surge la duda: ¿sería un disparate concesionar un puerto español por 48 años?

Ofertas presentadas

APM Terminals quiere quedarse la explotación de todas y cada una de las instalaciones de Virginia por un plazo de 48 años y un importe que oscila entre un mínimo de 3.162 y 3.912 millones de dólares, con un pago adelantado de 395 millones.
JP Morgan, Noatum y Maher, a través del consorcio Virginia Port Partners, ha presentado en el denominado “Proyecto Triton” una oferta por 3.120 millones de dólares por un plazo de 48 años y un pago adelantado de 400 millones.
Virginia International Terminals VIT, propiedad del puerto de Virginia, propone mantener el actual modelo de explotación de terminales, bajo la protección de la Autoridad Portuaria, que generaría según su tesis una caja al Estado de 3.700 millones de dólares durante los 48 años de concesión.

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