Si prospera la operación, a la que se opone el núcleo de los transportistas, el ferrocarril controlaría el 53% de la intermodal.
Norbert Dentressangle ha llegado a un acuerdo con SNCF para venderle su parte en el capital del operador de transporte intermodal Novatrans por una suma que no ha sido publicada. Con esta operación, el ferrocarril galo se haría con la mayoría de las acciones de Novatrans, y de paso con el control del intermodal en Francia
La Sociedad Nacional de Ferrocarriles de Francia (SNCF) ha publicado recientemente que ha alcanzado un acuerdo con el operador logístico y transportista Norbert Dentressangle para comprarle su parte en el capital de la empresa de transporte combinado Novatrans. Se trata del 15 por ciento del capital de la compañía, lo que daría a SNCF el control sobre el 53 por ciento de las acciones. Las autoridades francesas y europeas de defensa de la competencia aún deben dar su consentimiento a la operación.
El principal opositor a la compra de Novatrans por parte de SNCF siempre ha sido la Federación Nacional de Transporte por Carretera, FNTR, la asociación de empresas privadas que controla el 16 por ciento del capital de Novatrans. En 2007 la SNCF intentó adquirir un 11 por ciento de las acciones más un 4 por ciento de opciones a través de la compra de los títulos diseminados. La empresa pública tuvo que echarse atrás para no recibir una multa de las autoridades de defensa de la competencia, pero traspasó aquel 15 por ciento a Norbert Dentressangle en un intento, según la FNTR, de controlar la sociedad a través de un acuerdo de accionistas “por debajo de la mesa”.
Pero algo puede haber cambiado desde el año pasado. Para empezar, la FNTR aún no ha reaccionado a la noticia, y ya han pasado varios días. Novatrans no atraviesa un buen momento. El año pasado registró unas pérdidas de 6 millones de euros. Sus principales clientes son los transportistas franceses, es decir, la FNTR, que perderían a un proveedor estratégico si desapareciera Novatrans.
Naviland Cargo (ex CNC), filial de la SNCF y segundo operador de transporte combinado de Francia, también tiene el agua al cuello, y no hay ningún otro operador que pueda responder a la demanda de los transportistas galos. Sea “nacionalización disfrazada” o no, corre peligro la libre competencia o no; parece que esta vez se trata de salvar a Novatrans, y de momento los transportistas franceses no han dicho nada.
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