Operadores critican la “excesiva rigidez” del servicio por la “oposición de los sindicatos” a poder contratar eventuales para cubrir los picos de actividad en jornadas nocturnas y festivas.
Continúan revueltas las aguas en el sector de la estiba en el puerto de Bilbao, en plena crisis del Covid-19, que está golpeando con dureza al tráfico de mercancías, con una caída del 6,5 por ciento en el primer cuatrimestre del año.
Las estibadoras de la dársena han vuelto a alzar la voz para reclamar a los portuarios una mayor flexibilidad del servicio, “acorde a los nuevos tiempos”, que permita mejorar la competitividad y adaptarse a las necesidades de la industria y el sector de la exportación. El objetivo es claro: reactivar la recuperación económica tras la pandemia, según apuntaron fuentes empresariales consultadas por TRANSPORTE XXI, que pusieron el foco en el papel del puerto de Bilbao, uno de los principales enclaves de la fachada atlántica europea, como “palanca para impulsar el crecimiento y la generación de empleo”.
Los mismos interlocutores, que prefirieron guardar el anonimato, denunciaron, en este sentido, las “presiones de los estibadores, un núcleo de poco más de 300 trabajadores, para continuar con sus privilegios”, lo que está “impidiendo a las empresas dar el servicio que demanda el mercado, en un entorno de creciente competencia”.
El último desencuentro entre las empresas estibadoras y los representantes sindicales responde a la imposibilidad de poder contratar personal eventual para cubrir las puntas de trabajo en jornadas nocturnas o festivas.
Esta falta de flexibilidad, que solo se da en el puerto de Bilbao, y que es más patente en plena alarma sanitaria, ha llevado a las empresas a desvincularse de los acuerdos suscritos en su día con los sindicatos, donde se limita el trabajo de las ETTs a las jornadas diurnas laborales. Una restricción “ilegal” e “insolidaria con otros trabajadores”, advirtieron las mismas fuentes.
La decisión ya se ha comunicado al Comité de Empresa del Centro Portuario de Empleo (Bilboestiba CPE) a través de una carta, a la que ha tenido acceso TRANSPORTE XXI, tras un análisis de la legalidad de los citados acuerdos, solicitado al despacho profesional Cuatrecasas.
El informe apunta que los acuerdos vulneran las reglas de competencia, ya que “habrían limitado o restringido la entrada en el mercado de potenciales ETTs competidoras que hubieran pretendido operar en el puerto de Bilbao, así como de otros trabajadores que podrían ser contratados para prestar el servicio”. Además, según el escrito, “este efecto habría sido especialmente destacado en el caso de los servicios complementarios a la estiba, donde rige desde el año 2010 el principio de la libertad de contratación de personal”. Así las cosas, el despacho de abogados Cuatrecasas advierte de la existencia de un “riesgo elevado de sanción” en caso de que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia tuviese conocimiento de dichos acuerdos.
Este periódico se ha puesto en contacto con la Asociación de Consignatarios de Buques y Estibadores del Puerto de Bilbao (ACBE), presidida por Carlos Lobato, que declinó realizar declaraciones en relación a este asunto. El director general de Bilboestiba CPE, Peli Ortiz de Zárate, también rehusó hacer comentarios.
La obligación de contratar a los portuarios del CPE para la realización de jornadas nocturnas o festivas no solo ha provocado las quejas de las empresas estibadoras, también ha causado un “profundo malestar” entre los estibadores eventuales del puerto, que han manifestado sentirse “abandonados”, aseguraron a este periódico fuentes del sector. Un malestar que llevó a Randstad, empresa que gestiona la bolsa de trabajadores eventuales, a lanzar una encuesta para pulsar su opinión, que tuvo una escasa respuesta ante la “presión de los trabajadores del CPE”, añadieron.
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