Repensar la sostenibilidad
Los puertos están abordando numerosas inversiones para afrontar un reto tan complejo como es la descarbonización del transporte marítimo.
Los puertos están abordando numerosas inversiones para afrontar un reto tan complejo como es la descarbonización del transporte marítimo.
España puede presumir de contar con una de las legislaciones más avanzadas de Europa.
El deseo, junto al cumplimiento de la sentencia europea de 2014, es que la estiba salga del monopolio laboral y fabrique un entramado convencional.
En un país acostumbrado a llegar siempre tarde, ahora sí flota en el ambiente una sensación de que algo se mueve.
La economía, y más en un escenario de gran incertidumbre, con una inflación disparada, requiere unos presupuestos más ajustados a la realidad para hacer frente a la actual coyuntura.
El ferrocarril, hoy por hoy, no parece alternativa a la carretera para este tipo de transportes especiales, por lo que la insistencia escama a más de uno.
Ha tenido que venir una pandemia y la lluvia europea de millones para que finalmente vea la luz la primera convocatoria de los ‘ecoincentivos’.
Las cuentas de explotación de las flotas a gas se han multiplicado por cinco en lo que va de año.
Es necesario respetar la neutralidad tecnológica y que no se prohíban alternativas energéticas.
Con la entrada en vigor de la prohibición de realizar estas tareas por parte de los conductores, la distribución comercial ya ha comunicado a sus proveedores que empezará a facturar este servicio.
Es necesario acercar el tren a los polígonos, plataformas logísticas y terminales y avanzar en la puesta en marcha de los corredores Mediterráneo y Atlántico.
La casuística es de lo más variopinta, con infinitas variables, por lo que garantizar en un texto legal que “el precio del transporte será igual o superior a los costes incurridos por el transportista” es un ‘brindis al sol’
Los tribunales, que ya tumbaron el IV Acuerdo Marco, tendrán la última palabra.
Transportistas y cargadores tienen que abrir un tiempo nuevo, centrándose en los puntos en común, muchos más que sus diferencias, alejando de una vez los fantasmas de movilizaciones.
Desterrar el motor de combustión obligará al tejido empresarial a realizar fuertes inversiones para renovar las flotas en un momento de incertidumbre, ante la falta de un marco regulatorio.
No parece muy lógico que desde un despacho de Nuevos Ministerios se tome una decisión burocrática que ponga en peligro la viabilidad de las empresas transportistas y provoque fuertes críticas por parte de la propia industria eólica.
La transición que se diseña en Europa deberá ser flexible y cómoda para no abrir paraísos portuarios junto a las fronteras comunitarias.
Las empresas ferroviarias, operadores y transportistas que se suben al tren no están muy convencidos del resultado final de la iniciativa ‘Mercancías 30’.
Es de esperar que de este nuevo ecosistema de colaboración público-privada, la carga aérea en España saque el máximo partido posible, disparando la conectividad de los grandes aeródromos españoles con el resto de mercados internacionales.
Combinándolo con los ‘ecoincentivos’, se está más cerca de conseguir atraer de verdad a las empresas de transporte por carretera hacia el ferrocarril.
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