Tras el sonado cierre de Transportes Ochoa, el mercado de la paquetería está a punto de llevarse por delante a Transportes Buytrago. Una nueva víctima. Otra compañía histórica que no ha podido soportar el impacto de la crisis económica, que en el caso de la carga fraccionada ha sido virulenta y ha degenerado en una brutal guerra de precios y un descenso generalizado de la rentabilidad.
El tráfico doméstico se ha contraído en estos últimos años con el descenso del consumo interno y las paqueteras con implantación nacional han tenido que luchar contra la huida hacia adelante de unas cuantas y contra la política de tierra quemada de otras, cuyo objetivo ha sido ganar cuota de mercado amparándose en el músculo financiero inagotable de la matriz foránea.
En este río revuelto, Transportes Buytrago está cerca de poner punto y final a su aventura, tras fracasar sus últimos intentos de venta a un grupo internacional. Sus expectativas de futuro son escasas, con el cese de actividad y un expediente de regulación de empleo (ERE) de extinción para toda la plantilla encima de la mesa.
Queda ahora por ver cuáles van a ser los próximos movimientos en un mercado en el que las paqueteras domésticas de toda la vida se encuentran ante una auténtica encrucijada. A la caída del tráfico interno, el desplome del precio y la consiguiente repercusión en la rentabilidad, se une la fuerte competencia de los gigantes europeos.
En el mercado español de la paquetería compiten directa o indirectamente los operadores postales español, alemán, francés y portugués. La concentración parece ser ahora el único camino posible para más de una paquetera nacional.