La compañía de transportes descarta seguir creciendo en el continente europeo a través de compras o plataformas propias.
Transports Padrosa espera compensar el parón de la obra pública en España, que afecta a su división de grúas y transportes especiales, con la actividad en Brasil y Uruguay, donde está desde 2010. Descarta para 2011 seguir creciendo en su actividad principal, el transporte internacional vía adquisiciones o plataformas propias
Transports Padrosa espera compensar el parón de la obra pública en España, que afecta a su división de grúas y transportes especiales, con la actividad en Suramérica, donde desembarcó a mediados del pasado año. La compañía catalana de transporte, con sede en la población gerundense de Llers, se instaló en Brasil con una delegación comercial y en Uruguay con la filial Lapalmir, creada ‘ad hoc’ para entrar en el sector de la obra pública en el mercado suramericano, como ya publicó TRANSPORTE XXI en una pasada edición.
El recorte presupuestario de la cartera de José Blanco “ha sido un descalabro total”, señala Pere Padrosa, consejero delegado de Transports Padrosa. La actividad de su división de grúas para el transporte de obra pública y transporte especial cayó alrededor del 35 por ciento el pasado año.
Para el recién estrenado 2011, las perspectivas no son mejores. Todo lo contrario que en el mercado suramericano, donde la compañía se ha hecho con varios contratos de transporte para la construcción de una autopista en el sur de Brasil. En el primer año completo de actividad en este mercado, “esperamos recuperar entre el 25 y el 30 por ciento de lo que hemos perdido en España”.
En cuanto a su actividad principal, el transporte internacional de cargas completas, Transports Padrosa descarta crecer en el exterior vía adquisiciones como en 2009, cuando se hizo con la alemana DBA LogisticWorld, o con plataformas propias como las que tiene en Eslovaquia y Lituania. En la situación actual, “una operación como la compra de DBA es imposible”. Y es que en 2011 la prioridad es “mantener y vigilar el margen comercial para tener liquidez y caja”.
La compañía ha renunciado a tráficos en 2010 por los bajos precios del transporte o por las condiciones excesivamente largas para cobrar. Este año “mantenemos la misma filosofía, preferimos perder cargas, aunque tengamos camiones parados, que trabajar sin margen de beneficio o teniendo que financiar al cliente”. El pasado año, la compañía tuvo alrededor del 8 por ciento de la flota parada.