El vicepresidente de la IRU presenta un ‘plan de rescate’ para hacer frente a la crisis actual.
“El transporte de mercancías por carretera necesita algo más que análisis para ayudar a salir a la economía de la crisis”. Así de contundente se mostró Pere Padrosa, presidente de la patronal Astic y vicepresidente de la Unión Internacional de Transporte por Carretera (IRU), que presentó en el marco de una jornada celebrada el 20 de abril en Bruselas un ‘plan de rescate’ que “debería aplicarse de forma inmediata para impedir un empeoramiento de la crisis en el sector”. El programa de medidas, presentado ante las autoridades europeas y nacionales, se articula en seis ejes.
Entre las principales actuaciones se encuentran la reapertura de las líneas de crédito por parte de las entidades financieras para las empresas de transporte y la reducción de los costes operativos de las compañías, que se espera que suban entre un 3 y un 4 por ciento este año. En este sentido, los transportistas reclaman que no se fijen nuevos impuestos y gravámenes por el uso de la infraestructura, como los propuestos en la tercera directiva sobre la ‘euroviñeta’, y reducir los impuestos sobre el combustible. El plan también exige la protección del libre movimiento de las mercancías, así como de la prestación de servicios en el espacio de la Unión Europea.
Al mismo tiempo, el sector demanda la adopción de programas de desempleo que “garanticen que trabajadores preparados puedan colocarse en situación temporal de inactividad como alternativa a la pérdida de los puestos de trabajo”. Por último, los transportistas reclaman la reinversión en infraestructuras de transporte por carretera, para “reducir costes innecesarios y ofrecer incentivos financieros para la inversión en nuevas tecnologías de vehículos limpias y seguras”.
El transporte, un sector ‘vital’ Padrosa subrayó que “el transporte por carretera debe ocupar un lugar central en el plan de recuperación global, puesto que todo perjuicio para el sector lo será para la recuperación económica”. De hecho, durante su intervención en la reunión de Bruselas, que sirvió para que la Comisión Europea analizara el impacto de la crisis en el sector, el vicepresidente de la IRU destacó que “los bancos han recibido importantes ayudas porque se consideran vitales para la economía, pero si los bancos dejaran de existir el comercio seguiría, mientras que si desapareciesen las empresas de transporte, el funcionamiento económico se interrumpiría de forma inmediata”.
Padrosa concluyó que no logra entender por qué el transporte de mercancías por carretera, que en la UE contribuye con 340 billones a la economía, “ha sido negado, en el mejor de los casos, por los gobiernos”, y, a menudo, “penalizado de forma activa con restricciones a la circulación y nuevos impuestos”, como los recogidos en la normativa por uso de la infraestructura.