El puerto guipuzcoano cerró el primer trimestre con una caída del tráfico del 2,5 por ciento, según avanzó el presidente de la entidad portuaria, Félix Garciandía.
La Autoridad Portuaria de Pasaia se suma a la larga lista de puertos que pondrán en marcha iniciativas dirigidas a mantener la actividad del puerto, que se ha reducido como consecuencia de la crisis del Covid-19. En concreto, publicará a lo largo de esta semana un conjunto de medidas para “atenuar el impacto negativo de las obligaciones de pago que tienen que soportar las empresas y flexibilizar determinadas obligaciones del ámbito portuario”. Así lo anunció, a través de un comunicado, el presidente de la entidad, Félix Garciandía.
La dársena guipuzcoana arrancó el año con buen pie, tras registrar un aumento del tráfico del 4,7 por ciento en enero. Sin embargo, la tendencia cambió en febrero, cuando perdió cerca de 40.000 toneladas, lo que supuso un descenso del 14,1 por ciento. En el acumulado anual hasta marzo, la caída se sitúa en el 2,5 por ciento, con un movimiento de 772.756 toneladas. Un dato que, según el propio presidente del organismo portuario, “hay que considerar como un reflejo del buen trabajo que se está desarrollando a pesar de la complicada coyuntura de las últimas fechas, tanto desde el punto de vista comercial como operativo”.
En este sentido, Garciandía subrayó que la siderurgia, el automóvil, el sector papelero o agroalimentario mantienen su volumen durante el primer trimestre del año. Por el contrario, la estadística refleja un descenso en el capítulo de graneles sólidos, como la chatarra, la madera o los cereales, que en total suponen un recorte de 20.000 toneladas.
El análisis centrado exclusivamente en el mes de marzo revela que el mayor descenso tuvo lugar en las exportaciones de productos siderúrgicos y la automoción, como consecuencia de la paralización o ralentización de la industria. “Para los próximos meses -apunta el presidente de la entidad portuaria- esperamos que esta tendencia se mantenga, junto con un descenso de la importación con destino a actividades que hoy en día están paralizadas o han reducido su actividad”. No obstante, añade Garciandía, “el objetivo para el próximo semestre es recuperar una parte significativa del volumen perdido, a medida a medida que se produce la mejora de esta coyuntura negativa”.
Un puerto en plena transformación
Llegados a este punto, el máximo responsable de la entidad recordó el proyecto de transformación de la dársena, presentado a principios de este año, dirigido a incrementar la capacidad para ampliar el horario de entrada y salida de buques y mejorar la capacidad de atraque, calado y maniobrabilidad con buques de mayor eslora. Un proyecto que cuenta con un presupuesto de casi 24 millones de euros para los próximos seis años, como ya adelantó este periódico.
Además, hay que añadir una inversión de seis millones a lo largo del próximo año y medio destinado a la habilitación de los últimos 10.000 metros cuadrados quedan pendientes de pavimentar en la zona de la antigua térmica, la nueva conectividad ferroviaria, con un desembolso similar, o las obras en curso de la construcción de 7.000 metros cuadrados de almacenes en la zona de La Herrera.