La patronal CEOE, que preside Gerardo Díaz Ferrán, ha recuperado el Consejo Empresarial del Transporte con el objetivo de postularse como interlocutor ante el nuevo Gobierno de Zapatero. El citado consejo nace como un órgano transversal que pretende aunar las voces de las diferentes organizaciones sectoriales, tanto en el apartado de mercancías como en viajeros, sin que éstas pierdan su independencia.
En la parte que aquí nos interesa, la correspondiente a la carga, la decisión adoptada por la CEOE es una muy buena noticia, además de una clara demostración de la importancia que el transporte de mercancías (en sus diferente modos) tiene para la madre de las patronales, sabedora de que la competitividad de las empresas y la proyección de la economía nacional pasa por un impulso político del sector que no admite más dilaciones.
Ahora que la intermodalidad se está revelando como una asignatura pendiente en nuestro país, sin cuyo desarrollo se pondrá en riesgo la productividad de la empresas, el paso dado por la CEOE es un mensaje claro al nuevo Gobierno de Zapatero para que aplique políticas sectoriales activas. Hagamos un paréntesis para ver la importancia de la intermodalidad en el tejido industrial.
TRANSPORTE XXI se hace eco en esta edición de la intención del gigante ArcelorMittal de ampliar en 800.000 toneladas la producción de su planta de Sestao (Vizcaya) entre los años 2008 y 2013. Sin embargo, la estrategia de ArcelorMittal puede irse al traste porque “no sabemos si vamos a poder transportar” la producción hasta el cliente final. El gigante del acero, para superar el cuello de botella que ya suponen las expediciones por carretera y poder aumentar su producción en un 50 por ciento, sólo está demandando al Ministerio de Fomento una inversión de apenas 5 millones de euros para conectar la planta con la red de ferrocarril de vía métrica, lo que le permitiría sacar hasta un millón de toneladas por tren en el horizonte de 2013.
Estamos hablando de la construcción de un tramo de vía de 2,8 kilómetros, que no necesita de expropiaciones, una sencilla actuación que, sin embargo, duerme en los cajones del Ministerio de Fomento desde 1999. Sirva este ejemplo para poner en valor la decisión de la CEOE de recuperar el Consejo Empresarial de Transporte, actuación que se enmarca dentro del Plan Estratégico de la patronal para el período 2008-2011. El presidente del citado consejo es Lorenzo Chacón, a la sazón presidente de la patronal de viajeros Asintra, un hombre de consenso y que goza de la confianza de Gerardo Díaz Ferrán.
Su primera actuación ha sido solicitar una reunión con la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez. Su objetivo es “hacer llegar una voz común a la Administración” y es que en este consejo están representadas la principales patronales sectoriales (los operadores logísticos de Lógica, los transitarios de Feteia, los transportistas de CETM y Astic, los armadores de Anave…)
Como contrapunto al paso franco ejecutado por la CEOE en defensa de transporte destaca el inmovilismo del presidente José Luis Rodríguez Zapatero en la materia, que ha mantenido a Magdalena Alvarez al frente del Ministerio de Fomento, a pesar de que su gestión en la pasada legislatura ha sido muy contestada por el sector. Dicen los próximos a Zapatero que el “presidente no ha querido correr riesgos de bisoñez y por eso ha apostado por la experiencia de Alvarez y su equipo”, palabras que no dejan de ser un puro espejismo si tenemos en cuenta que la pasada legislatura fueron cuatro años perdidos para el sector del transporte y la logística.
El organigrama de Fomento, según fuentes oficiales consultadas, no presentará ninguna novedad. El sector esperaba una Dirección General para Transporte Intermodal que, en principio, no llegará, lo que es una muestra clara del desinterés de este Gobierno para con el sector. ¡Qué contrasentido! La CEOE restaurando el Consejo Empresarial del Transporte para aunar todas la voces del sector y demandar a la Administración un apuesta clara por la intermodalidad, imprescindible para la competitividad de la industria, y el Gobierno como si oyera llover.