El Plan de Transportes 2011-2015 del Gobierno portugués recoge una apuesta firme por el ferrocarril de mercancías frente al de pasajeros, con el objetivo de promover sus exportaciones y contribuir así a la salida de la crisis.
En este sentido, Portugal ha obtenido ya el visto bueno de Bruselas para destinar los fondos europeos inicialmente destinados a la alta velocidad en el trazado entre Madrid y Lisboa al tren de mercancías, con objeto de modernizarlo, incorporando el ancho de vía europeo, electrificación, etc.
El gobierno luso ha pedido que España garantice también la aplicación de ese mismo proceso de modernización ferroviaria para el transporte de mercancías en su territorio, para conseguir unir de esta forma los principales puertos lusos con Europa.